Consideran que las "irregularidades" de Serviocio son suficientes para rescindirle en contrato de explotación de la piscina pública de la comarca miñorana y así se lo exigieron ayer a la Mancomunidade do Val Miñor, titular de la instalación. Hartos de que tanto el gobierno del organismo supramunicipal como la empresa les "tomen el pelo" y "vendan una reforma que no lo es", más de un centenar de usuarios del centro deportivo se concentraron ayer ante el Concello de Gondomar para hacerse oír ante su alcalde, Francisco Ferreira, actual presidente de la institución comarcal.

"Serviocio non é ocio, é escuro negocio", "Mancomunidade, por nós loitade" o "Ferreira ponte á nosa beira" fueron algunas de las consignas elegidas para las pancartas. Entre los incumplimientos que consideran ha cometido la empresa, destacaron que "las supuestas obras" no han resuelto los defectos de las instalaciones y dudan incluso de que se hayan acometido. "Seguimos sin aire acondicionado y algunos techos están rotos", se quejaban ayer. Recalcan además que la compañía incumple la normativa higiénico-sanitaria, ya que "la sauna está llena de moho".

Insisten en que Serviocio trata de "hundir piscina pública para llevarse gente a su piscina privada en Sabarís". Prueba de ello, afirman, es el cierre del centro durante un mes entero en agosto, en lugar de 15 días de mantenimiento como siempre, para que los usuarios se fuesen" o "las reducciones de contrato a los monitores para obligarlos a marcharse", con la suspensión de actividades muy demandadas como el zumba como consecuencia.

Precisamente para reclamar una nueva adjudicación que garantice la readmisión laboral de los monitores en condiciones dignas, un grupo de usuarios realizó una sesión de zumba, a las órdenes de uno de los extrabajadores.

La de ayer fue la primera de las protestas convocadas, pero no será la única. Prevén plantarse también ante los concellos de Baiona y Nigrán próximamente y continuar "hasta que se resuelva el problema".