Tres años de cárcel y cinco años de retirada del carné, lo que supone la pérdida de vigencia del permiso de conducir. Es la condena impuesta por la titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo a Brais V.N., el joven que en septiembre de 2016 causó un grave accidente en Gondomar en el que falleció un chico y otros tres resultaron heridos. Todos viajaban en el mismo vehículo. La magistrada ve al acusado responsable de un delito de conducción temeraria, otro de homicidio por imprudencia grave y tres más de lesiones por imprudencia grave. Le absuelve de otro ilícito, el de conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas, ya que pese a que pilotaba tras haber ingerido bebidas alcohólicas, no consta que fuese en cantidad suficiente "para mermar sus facultades para una normal conducción".

En concepto de responsabilidad civil, debe indemnizar conjunta y solidariamente con la compañía aseguradora a dos de los lesionados, así como a otra persona por daños. Para una chica, novia del fallecido en el siniestro y a la que se le reconoció la incapacidad permanente total para su profesión habitual a causa de las heridas, se le reconocen cuantías que suman algo más de 325.000 euros. En el caso de otro perjudicado, la cantidad se determinará en ejecución de sentencia. Los padres del fallecido y otro herido renunciaron al haber sido ya indemnizados por el seguro.

El juicio se celebró el pasado julio. La jueza ve probado que pasadas las siete de la mañana del 18 de septiembre de 2016 el condenado conducía un Mercedes Clase A por la PO-340. Según consta probado en la sentencia, pilotaba el coche con las ruedas en mal estado de conservación y tras beber alcohol, aunque no se considera probado que este último extremo le afectase en la conducción (en las pruebas dio tasas de 0,36 y 0,30). Tras rebasar una rotonda, en una recta aceleró hasta alcanzar la velocidad de 199 kilómetros por hora, por lo que en un momento dado perdió el control del coche y se produjo el fatal siniestro. La velocidad máxima permitida en esa vía es de 50 kilómetros por hora, resalta la resolución judicial. El fallecido salió despedido del coche por el parabrisas, golpeándose contra el asfalto y llegando a recorrer casi 80 metros.

La sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Pontevedra.