El deterioro del monasterio de Oia avanza imparable y, nueve meses después de venirse abajo parte de la cubierta del ala norte del patio de los naranjos, la reparación sigue pendiente a la vez que los tejados de las naves próximas amenazan también con desplomarse. El monumento arquitectónico del siglo XII vive su segundo verano cerrado a las visitas por riesgo de desprendimientos y su rehabilitación integral todavía parece una utopía. Mientras tanto, las administraciones siguen su ritmo. La Xunta con sus demoras en las autorizaciones y el Concello, con los vaivenes políticos que durante los últimos 18 años han mantenido paralizado el proyecto de restauración del único cenobio de Europa a la orilla del mar.

El último se escenificó en el último pleno, con un cambio de postura del gobierno municipal del PP y el portavoz del PSOE, que ya no respaldan la solicitud de expropiación al Gobierno gallego aprobada por unanimidad a finales del año pasado.

El único movimiento registrado en el recinto en los últimos meses ha sido la retirada al completo de la cubierta que agujereada por parte de la propiedad, la sociedad Kaleido & Logistics -actual denominación de Vasco Gallega de Consignaciones, la compañía que compró el monumento en el año 2000 con la intención de rehabilitarlo y convertirlo en un hotel con 72 habitaciones, con una urbanización de chalés en el entorno-.

La nave junto al patio de los naranjos sigue a cielo abierto desde la primavera y la preocupación ha regresado al debate en el salón de plenos, aunque esta vez con resultados opuestos. El concejal no adscrito, Xoán Lois Vila, propuso a la Corporación dirigirse de nuevo a la Xunta para insistir en la necesidad hacer cumplir la Lei de Patrimonio, es decir, obligar al propietario a restaurar y, si no lo hace, expropiarle el edificio, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1931. La misma moción promovida por la plataforma SOS Mosteiro había logrado el acuerdo unánime de todos los partidos hace nueve meses. Pero ahora solo contó con el apoyo de Converxencia Galega y acabó rechazada con los votos de los cuatro miembros del gobierno del PP sumados al del portavoz del PSOE, Gerardo Rodríguez.

Hartos de las idas y venidas de los representantes municipales, los integrantes de SOS Mosteiro se preparan para volver a la ofensiva. Su portavoz, José Antonio Rodríguez, exige a PP y PSOE "que aclaren a quen lle están a facer o xogo e por que".

La alcaldesa, Cristina Correa, rechazó ayer ofrecer explicaciones al respecto, aunque sí afirmó que el propietario está trabajando en la reparación de la cubierta. Por su parte, el líder socialista negó haber modificado su parecer. "Ya en el pleno de diciembre manifesté que no estaba de acuerdo con la expropiación", dice. Rodríguez considera que "debe ser el Concello el que mueva ficha y agilice la aprobación del plan especial para que el propietario pueda restaurar y desarrollar su proyecto".

Fuentes de la firma titular del monasterio aseguran tener en marcha el proyecto de reparación de la cubierta y anuncian además que se pondrá en marcha en otoño. Lamentan las demoras, pero insisten en que "cualquier actuación en el monasterio es muy compleja y lleva mucho tiempo".

Habrá que esperar al después del verano para ver las obras en el edificio mientras las distintas formaciones políticas calientan motores para la campaña electoral de 2019. Y, como ha ocurrido en las cinco últimas, todo apunta a que el inmueble más emblemático de Oia volverá a aparecer en todos los programas como promesa de empleo y dinamización económica.