Baiona afronta el mes de agosto con menos de la mitad de la plantilla de la Policía Local en la calle. Del total de diecisiete efectivos, son doce los que patrullan por el municipio -los restantes trabajan en la Jefatura como mandos, ejercen labores administrativas o inspecciones urbanísticas-. Y de ellos, seis se han dado de baja por enfermedad en los últimos días, coincidiendo con un nuevo episodio de tensiones del largo conflicto laboral que mantienen con el gobierno municipal, al dar marcha atrás el alcalde, Ángel Rodal, a la subida salarial que había prometido. Otros dos se encuentran de vacaciones, por lo que ayer eran cuatro los agentes disponibles para cubrir los turnos. El Concello echa mano así de los nueve auxiliares contratados para el verano, que cubren numerosos turnos solos, pese a impedirlo la normativa.

Los doce agentes que integran las patrullas son los únicos de la plantilla que trabajan fines de semana y festivos, mientras que sus compañeros lo hacen de lunes a viernes en horario de mañana. Son los mismos que forman la Asociación Sindical Independiente de Baiona (ASIB), grupo que lucha desde hace meses por una compensación salarial ante lo que consideran un agravio comparativo.

Casi la habían logrado después de diversas presiones, entre ellas, la amenaza de no reforzar el servicio durante la Festa da Arribada. Rodal anunció a finales de junio una modificación de los complementos para 45 trabajadores, la mitad de la plantilla municipal, que ejercen su actividad los sábados y domingos. Afectaría a los agentes, y también a operarios de Vías y Obras, del servicio de recogida de basura y limpieza viaria, de la oficina de turismo, conserjes del museo de "La Pinta" y de la Casa de la Navegación, el personal de la biblioteca y del parking de O Aral. Pero tres días antes del pleno del pasado julio, en el que estaba previsto aprobar el incremento salarial, que supondría en torno a 70.000 euros anuales para las arcas públicas, el regidor decidió guardar la propuesta en un cajón. Lo hizo, según explicó ayer, porque los informes del departamento de Intervención eran negativos.

A partir de entonces, los agentes se negaron a realizar horas extra, de manera que los auxiliares cubrieron más de la mitad de los turnos a lo largo de julio, los de noche incluidos, según denunciaba ayer el delegado sindical que los representa en la junta de personal, Joaquín Goce, quien recuerda que "carecen de autoridad y principio de veracidad para realizar denuncias, retirar vehículos de la vía pública o identificar personas".

En pleno verano y con la población triplicada por la afluencia turística, Rodal firmó en los últimos días varios decretos para obligar a los policías a cubrir los refuerzos e incluso a doblar turnos y trabajar 16 horas seguidas, asegura Goce, "a sabiendas de que cometía una ilegalidad y una clara vulneración de los derechos de los trabajadores".

El alcalde justifica estas decisiones porque su "deber es velar por la seguridad del municipio, el mismo que ellos". "Si no hacen refuerzos tendremos que resolver la situación de alguna forma", recalca.

La asociación policial le ha propuesto suprimir el turno de noche "para que los turnos puedan cubrirse como mínimo con dos agentes profesionales", argumenta Goce, pero el alcalde ni se lo plantea. "Nosotros tenemos que ofrecer un servicio", indica, y las calles de Baiona siguen llenas por la noche durante la temporada estival, especialmente los fines de semana.

Y es que Rodal no está dispuesto a ceder a las que considera medidas para lograr "sus reivindicaciones". "No hay nada que negociar", advierte, además de incidir en que el Concello se adaptará a la situación "mediante los ajustes de turnos que sean necesarios". Eso sí, rechaza la actitud de los agentes. "No me parece correcta ni ética", afirma.