Lo que quieren los hosteleros es que el control por parte del Concello de Gondomar. "¿De qué sirve que hayamos logrado que se apruebe una normativa si después no hacen que se cumpla?", se pregunta José Ángel González Goce, vicepresidente de OValmi y empresario del sector. El representante de los empresarios asegura que muchos furanchos "venden refrescos cuando solo pueden ofrecer vino y agua y ofertan más tapas de las permitidas". Su actividad, afirma, se desarrolla con ventaja sobre la hostelería, ya que "no afrontan costes de acondicionamiento y mantenimiento de los locales o los diversos impuestos que pagamos los demás".

Considera que la actividad de los furanchos afecta a los resultados de los bares y restaurantes de Gondomar. "Están abiertos en temporada buena, con tiempo agradable, cuando la gente sale a la calle y, si un fin de semana reciben a mil personas, esas mil personas ya no van a los negocios que sí cumplen todos los requisitos todo el año", sostiene.