Su negocio era la exportación de pescado, pero Juan Groba, que ayer falleció soltero y sin hijos, era fundamentalmente un exportador de buenos actos. Por donde pasaba, marcaba su impronta de colaboración y apoyo a los demás, que en los últimos años fue especialmente importante.

Colaborador de varias ONG y asociaciones humanitarias, este empresario de Xinzo (Ponteareas) que nos deja con tan solo 59 años, llegó a poner en marcha un huerto solidadario que distribuyó verduras a personas necesitadas.

Hoy nos sentimos un poco más solos, porque se va un empresario capaz pero sobre todo porque perdemos a una excelente persona, a la que recordaremos siempre con cariño, tras esta mala pasada que le ha jugado la vida.