A Guarda rindió un emotivo homenaje a la comunidad de hermanas carmelitas, formada por cuatro religiosas, con motivo de su despedida, después de 124 años de trabajo por la educación, la sanidad, pastoral y cultura del municipio. El acto celebrado ayer consistió en una eucaristía oficiada por el obispo Quinteiro Fiuza, presidida por el párroco y otros sacerdotes, que dio paso al turno de emotivos agradecimientos. Aunque las hermanas no tendrán presencia física permanente en el colegio de A Guarda, el centro seguirá apostando por la continuidad del proyecto educativo Vedruna.