Las playas de Redondela se quedarán este verano sin la ordenanza reguladora para su uso y disfrute por parte de los ciudadanos, un documento exigido por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac), responsable de la concesión de las banderas azules.

Los grupos de la oposición obligaron ayer en el pleno a dejar este asunto sobre la mesa para poder realizar aportaciones que mejoren el texto presentado el gobierno local -dirigido por el PP en minoría-, al considerar que no les habían dejado tiempo suficiente para estudiar el tema y presentar sus propuestas. Una cuestión que rechazó el concejal de Medio Ambiente, Miguel Ángel Álvarez, al asegurar que el documento estuvo a exposición pública durante un mes y se colgó en la web municipal. "Solo nos faltó anunciarlo con megafonía por las calles", ironizó el edil, que considera que la postura de la oposición "solo busca poner trabas" a la gestión municipal.

El responsable de Medio Ambiente argumentó que personalmente estaba "en contra de regular todo", pero justifica esta normativa porque la impone Adeac entre los requisitos para otorgar las banderas azules. Pese a todo, explicó que se había redactado una ordenanza "lo más sencilla posible, con los puntos imprescindibles, para evitar cualquier conflicto".

Así, el documento se compone de ocho artículos con las normas básicas para el uso de los arenales. La norma establece que la temporada de baño arranca el 1 de julio y remata el 30 de setiembre, en la que se realizará un servicio de limpieza diario con el uso de medios mecánicos y manuales adecuados para minimizar su impacto sobre el espacio natural.

Los controles de calidad de las aguas los realizará la Consellería de Sanidade, y el Concello debe cumplir con su obligación de informar a la ciudadanía. También se prohíbe la pesca en las zonas de baño en la temporada de verano y la acampada, excepto en casos puntuales.

En el apartado referido al régimen sancionador, establece infracciones muy graves el no respetar la bandera roja que prohibe el baño, el incumplimiento de las balizas de navegación, el varamiento de embarcaciones o la captura o destrucción de la fauna silvestre.

Como graves, contempla el dejar la basura, no recoger los excrementos de los animales, acceder con vehículos no autorizados o practicar la pesca en la temporada de verano.