"Sentarse a esperar, ese es el gran secreto de nuestras panaderías. Hay que dejar que la masa trabaje por sí misma, sin aditivos ni levaduras químicas". Así reivindicaba la cocinera porriñesa Marta Rodal el pan de receta tradicional, de masa madre o fermento natural frente al pan industrial, durante la lectura del pregón de la III Feria del Pan de Porriño, que atrajo a lo largo de toda la jornada de ayer a cientos de personas al barrio de San Benito.

La cocinera recordó cuando en su juventud, en las panaderías de la villa, veía "las mantas con la que se tapaban las bollas para la fermentación, en silencio y en penumbra, como si de un bebé se tratara". El pan tradicional requiere una larga preparación y no un par de horas, "el buen pan "es una medicina para nuestros estómagos, hace que tengamos buenas digestiones", por el contrario "el pan barato sigue fermentando en nuestros estómagos, produciéndonos gases, hinchazones y dolores de cabeza". Rodal destacó el hecho "de que aún nos cueste tanto defender lo nuestro. Nuestra sociedad está inmersa en un mundo de industrialización de grandes productores que acaparan el mercado, pero la culpa no es de las grandes empresas, los consumidores tenemos una gran parte de responsabilidad".

Durante su intervención también hizo un flashback medio siglo atrás y recordó cómo era y cómo se vivía el día a día en el barrio San Benito en los años 70, su niñez y adolescencia, en la calle y en su casa, en la que daban alojamiento y comidas y por la que pasaron personas de toda índole. De la misma manera, enumeró los diferentes negocios de panadería que había en aquel entonces, los cuales muchos de ellos continúan hoy activos, dándoles las gracias por el legado. Así, propuso que al "al igual que se visitan las capillas como templos divinos, también podemos tener templos gastronómicos" poniendo de ejemplo el "Forno de Xiraldeiro". Rodal quiso "rendir homenaje a las mujeres tan sabias y trabajadoras de antaño y a los que están ahora, que sepan mantener la tradición cuidando mucho la materia prima". Con todo, subrayó que "para mí el gran homenaje sería hacer un museo de panaderas y zoqueiros, nuestras grandes señas de identidad, y ya que soñar es gratis, por qué no hacer un aula didáctica en una de estas casas deshabitadas que tiene esos hornos abandonados, algunos centenarios, y de esta manera el barrio de San Benito recuperaría el bullicio que yo viví en mis años de niña".

La cocinera porriñesa remató recitando una poesía de Rosalía, "para que no nos pase como a ella que lloraba por el pan gallego": Pan de millo, pan dourado, con codias de cor café, panciño que biquei tanto, quen te puidera comer.