La fiesta del Corpus en Ponteareas no solo es una manifestación del arte floral sino también del arte de las relaciones sociales que, según advirtió el filósofo polaco Zygmunt Bauman, hemos perdido.

En los portales alfombristas se habla mucho, principalmente de los detalles de la alfombra, pero también de otros temas diversos. El respeto en los turnos de palabra, la gestualidad al dialogar... ese encanto de las relaciones sociales e intergeneracionales se desempolva estos días en Ponteareas.

En algunos de los portales se trabaja a turnos. A primera hora de la tarde deshojan especialmente las personas más mayores y los niños y, por la noche, les relevan quienes han estado trabajando durante el día. "Podemos estar hasta la una de la mañana deshojando y el viernes (por hoy) será nuestro día fuerte, estaremos durante toda la madrugada deshojando la flor" explica Luciano González, del tramo de Reveriano Soutullo.

Precisamente esta calle, con asociación alfombrista propia, se caracteriza por no tener un único diseñador. "No queremos protagonismos personales, lo decidimos entre todos" explica Luciano, quien añade que la temática de su tapiz puede ser religioso o pagano. "Colocaremos unos trípticos en la cabecera de la alfombra para explicar qué hemos representado" señala Luciano.

El tramo de Reveriano Soutullo lleva todo el año recolectando materiales. "En estos días hemos ido a buscar verde y flor, pero la recolección de materiales la hacemos durante todo el año, hay cientos de ellos, y algunos se consiguen solo en una determinada época del año" explican desde este portal, que no descarta tener que comprar flor ante la carencia de hortensias.

Respecto al relevo generacional, en Reveriano Soutullo son optimistas. "Tenemos una media de edad más baja que otros años. En esta época los jóvenes están de exámenes, pero percibimos que después vuelven a colaborar en la alfombra" señala Luciano, quien cree que la unión que consigue el Corpus se refleja en la comida campestre que cada año organizan los alfombristas de su calle dos semanas después de la gran fiesta para celebrar el trabajo hecho.