Hace unos meses que el barrio baionés de O Burgo registraba al menos cuatro gatos envenenados en una semana y ayer volvió a ocurrir. Un vecino se encontró un felino moribundo en el Camiño Valentón, en las inmediaciones de una urbanización de adosados, y avisó a la Policía Local. En virtud del convenio del Concello con la protectora de animales Bai.Senpulgas, los agentes lo trasladaron a una clínica veterinaria, donde se debate entre la vida y la muerte. Lo que inicialmente parecía un atropello se confirmó como un envenenamiento, aseguraron la edil de Medio Ambiente, María Iglesias, y la presidenta del colectivo animalista, Tatiana Álvarez, que insta a los ciudadanos a denunciar estos casos.