La alcaldesa de Oia, la popular Cristina Correa, se convirtió ayer en la segunda integrante del gobierno municipal reprobada de la historia del municipio. Hace apenas un mes que la Corporación acordaba en el salón de plenos el reproche oficial del teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente, Eugenio Portela, por no haber abonado la tasa por la recogida de la basura correspondiente a su negocio durante sus siete primeros años de actividad y ayer le tocó a ella por justificarlo. La oposición volvió a hacer valer su mayoría para afearle la actitud y sus seis votos -dos del PSOE, que contaba con una edil menos por motivos laborales, tres de Converxencia Galega y uno del representante del grupo mixto- vencieron frente a los cuatro del PP.

El debate se inició a las ocho de la mañana y se prolongó durante dos horas. Los portavoces socialistas, converxentes y no adscrito incidieron en lamentar no solo que la regidora tratase de "tapar" a su número dos, sino también su "falta de diálogo" a la hora de impulsar proyectos. Ella defendió su gestión y enumeró sus logros desde que accedió a la Alcaldía en noviembre de 2015 a través de una moción de censura.