Nacida en Donosti y vecina de Tui, muchos ponteareanos desconocían hasta ayer por qué el Concello había elegido a la presentadora de televisión y actriz Nieves Rodríguez como pregonera de la fiesta de Corpus 2018. Lo que casi nadie sabía es que, más allá de sus habilidades comunicadoras, Nieves Rodríguez guardaba un vínculo con Ponteareas desde su niñez y que ella misma se encargó de desvelar al inicio de su discurso ayer en la apertura oficial de las fiestas en el auditorio de Ponteareas.

Su abuela era rosquilleira, ponía un puesto en las fiestas y ferias que abastecía de rosquillas de Ponteareas, a donde ella la acompañaba, en ocasiones, a buscarlas. Y fue precisamente por esta profesión de su abuela, por la que la pregonera conoció la que hoy es una fiesta de interés turístico internacional, "de la que todo el mundo hablaba" y que ella concibió desde una edad temprana como un "espectáculo de arte, de colorido y colaboración".

"El Corpus Christi y su noche de alfombras florales forma parte de los recuerdos de la infancia de todo el vecindario del área metropolitana y pocos son los que a lo largo de su vida no tengan una imagen familiar y cercana de su visita a nuestras alfombras. Nieves Rodríguez es una de esas vecinas de las comarcas que comparten nuestro patrimonio y nuestro sentir", explica al auditorio el alcalde ponteareano, Xosé Represas.

En un auditorio emocionado por la inminente celebracióin de Corpus, Nieves Rodríguez centró su pregón en la unión del pueblo de Ponteareas en la búsqueda de la belleza y huyó de un discurso con datos históricos como otros pregoneros.La presentadora televisiva también quiso recordar algunas de las dificultades que los alfombristas ponteareanos se llevan encontrado a lo largo de la historia: viento, lluvia, escasez de flor y cansancio y como, a pesar de todos ellos, cada Corpus, al amanecer, las alfombras florales son una realidad.

En el acto, que incluyó la actuación de la Orquestra de Cámara Galega, el alcalde avanzó que Ponteareas está "en la recta final" para la conseguir la declaración BIC (Bien de Interés Cultural Inmaterial) "por ser el pueblo propietario y portador de este arte floral, por su capacidad de seguirlo dejando en herencia generación tras generación, por la singularidad de su confección, por las técnicas que entraña y por los materiales naturales empleados". Conseguir esta declaración busca, explicó Represas, "conseguir los reconocimientos para llegar a puertas de la Unesco".