Ocho patrullas de la Guardia Civil, una treintena de efectivos de bomberos -llegados incluso de Portugal- y cientos de voluntarios continuaban al cierre de esta edición en el lugar de la explosión desescombrando las casas sepultadas. En el punto trabajaron sin descanso los TEDAX para evitar nuevos estallidos y permitir que los servicios de rescate puedan trabajar sin peligro.

Los especialistas de la Guardia Civil, según confirmó el presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo no descartaban que tras los escombros fueran halladas más víctimas. Por el momento, los efectivos de emergencia trataban de desescombrar la casa en la que residía la familia de la mujer fallecida, de origen magrebí, ya que su marido no fue localizado y, supuestamente, se encontraba con ella en el domicilio.

Otro de los vecinos heridos en el estallido también alertó de que en su casa residían otras tres personas que, al cierre de esta edición, continuaban en paradero desconocido.

Hasta el lugar se personó una unidad cinológica además de dos grandes camiones con potentes generadores que aportaron luz para continuar con las labores de descombro. Los perros especializados en rastreo buscaran entre los muros y piedras posibles nuevas víctimas que terminaron sepultadas por la fuerza de la explosión.