El negocio de las pirotecnias arrastra en Galicia una pesada lista trágica de muertos y heridos. Solo en las últimas dos décadas veinte personas han fallecido y otras muchas han resultado heridas como consecuencia de la explosión del material almacenado en sus instalaciones. Las deflagraciones han causado en muchos casos cuantiosos daños materiales en el entorno. Los más recientes siniestros mortales, hasta la explosión de este miércoles en Tui, son estos:

Leiro, 2 de julio de 2015: 3 muertos

El último accidente grave se había producido el 2 de julio de 2015 cuando la explosión de una pirotecnia en Leiro (Ourense) acabó con la vida del dueño, su esposa y una joven (la novia del hijo del propietario). El origen del siniestro (que se originó en la caseta de mezclas) fue accidental pero sus efectos se notaron en un radio de más de tres kilómetros.

Cudeiro, 31 de agosto de 2010: 1 muerto

En 2010, el 31 de agosto, un vecino de Cudeiro de 43 años se dejaba la vida tras arder un almacén pirotécnico en Coles (también en la provincia de Ourense). La víctima era cuñado de uno de los socios de la empresa. Otro varón resultó gravemente herido como consecuencia de las quemaduras. Ninguno de los dos era empleado de la empresa. Se daba la circunstancia que desde 1981 este taller acumulaba varios siniestros que causaron la muerte de trece personas, ocho de ellas miembros de la familia que anteriormente regentaba el negocio.

O Rosal, abril de 2009: 4 muertos

En abril de 2009, el propietario de una pirotecnia ubicada en el municipio de O Rosal moría al saltar por los aires la caseta en la que se encontraba manipulando explosivos. La víctima de 49 años había sobrevivido en 1986 a otra explosión que se llevó por la delante la vida de su propia madre y otros dos trabajadores. Perseguido por la mala suerte, en 1998 su padre también murió en otra deflagración en la misma instalación.

Pereiro de Aguiar, 2006: 2 muertos

En 2006, dos hermanos fallecían al explotar la empresa pirotécnica de su propiedad en la localidad ourensana de Pereiro de Aguiar. En el momento del suceso ambos se encontraban trabajando en una de las casetas de la empresa, en concreto realizando mezclas. La fuerte explosión se pudo escuchar a más de tres kilómetros de distancia. Aunque la deflagración destrozó por completo la citada caseta, otras personas que se encontraban en otras dependencias resultaron ilesas.

2006, año negro

El año 2006 fue especialmente negro para el negocio de las pirotécnicas en Galicia. En febrero 40 viviendas se vieron afectadas por una deflagración en el municipio coruñés de Teo; en mayo la explosión la sufrió una empresa de Brión; dos meses más tarde, una firma de Coristanco saltaba por los aires y produjo daños en 200 casas; y en agosto otro negocio instalado en Paderne explosionó, aunque sin causar por fortuna víctimas.

Pero las deflagraciones pirotécnicas no se han producido solamente en empresas y almacenes, sino también durante el traslado del material. Así, por ejemplo, en 2014 siete personas resultaron heridas en Ponte Caldelas al explotar material del interior de un camioneta en la que iba una banda de gaiteiros. Un suceso similar se produjo un año antes cuando tres personas se hirieron tras explotar el material que llevaba un camión y desde el que iban lanzando bombas de palenque.