El último tramo baionés del paseo de A Foz do Miñor, en Sabarís corre peligro de desmoronarse. La acción de las mareas en la marisma ha debilitado su estructura durante décadas y el pavimento registra hendiduras que evidencian el riesgo. El Concello de Baiona ha cerrado con vallas el acceso para evitar accidentes a los viandantes y urge a la Dirección General de Costas, titular de la senda, a acometer una reparación integral. El alcalde, Ángel Rodal, ha mantenido esta semana una reunión con la jefa provincial del organismo estatal, Cristina Paz Curbera, a la que ha reiterado la necesidad de actuar cuanto antes.

Hace en torno a un año que el vial comenzó a hundirse en las proximidades del límite del municipio con Nigrán y el gobierno local inició entonces las gestiones con el Gobierno central para exigir una solución. Pero las obras no llegan y las depresiones se hicieron más evidentes en las últimas semanas, por lo que el Ayuntamiento ha decidido cerrar el paso a los usuarios para garantizar su seguridad.

Técnicos del departamento municipal de Urbanismo han realizado un informe que confirma que una parte del firme ha repisado a causa de la acción del mar en los cimientos, según explica el concejal responsable del área, José Ángel Bahamonde. El espacio peatonal fue ganado a la marisma hace décadas y, aunque un muro de contención sostiene el relleno, "el agua afecta a la compactación del terreno y lo va deteriorando", señala el edil.

Actuación apremiante

El estudio recomienda actuar "a la mayor brevedad posible" ante la incertidumbre que genera el estado del sendero. "No sabemos como están los cimientos porque no podemos verlos, ni si existe un peligro real de que el firme ceda de repente", comenta el concejal.

Costas dispone de un proyecto para estabilizar la cimentación y su importe asciende a 1,1 millones de euros, pero la Jefatura Provincial carece de fondos para ejecutarlo, según confirmó Paz Curbera al alcalde en su encuentro. Así que Rodal se prepara para viajar a Madrid y llamar a la puerta del Ministerio de Medio Ambiente en busca de la financiación necesaria. "Costas nos comunicó en su día que lo iban a arreglar pero pasan los meses y no ataja el problema, así que tendremos que acudir a donde sea necesario para que nos escuchen", apunta.

Mientras tanto, se acerca el verano y todo apunta a que el concurrido paseo junto a la marisma permanecerá un tiempo con las antiestéticas vallas amarillas acotando la zona más afectada a simple vista.