Un vecino de Mondariz, Serafín Acuña, de 63 años, diagnosticado de arritmias ventriculares malignas solicita que el medicamento que toma para su enfermedad desde hace dos años no se retire en España. Según le han asegurado varios farmacéuticos, Dicorynan dejará pronto de comercializarse en nuestro país. De hecho, cada vez le resulta más complicado conseguirlo en alguna botica de la provincia y debe tomar doce pastillas diarias para controlar el ritmo de su corazón. Ya se puso contacto con el Ministerio de Sanidad que le dicen que su medico le recete otro fármaco pero el vecino teme por su vida ya que "sufrí una tormenta arrítmica precisamente por un cambio de tratamiento y me salvé por cuestión de segundos".