El eucalipto es una especie invasora, letal para la flora y la fauna autóctonas, y aliada perfecta del fuego, tanto a la hora de propagarlo como después, cuando encuentra en el terreno quemado el pasto perfecto para reproducirse. Así lo confirmó ayer mismo el comité científico del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medioambiente en un dictamen que recomienda su erradicación. A la comunidad de montes de Couso no le ha hecho falta conocer este informe gubernamental para declarar la guerra hace meses a esta especie y se propone eliminarla de su terreno. Para ello, cuenta con la ayuda del Concello de Gondomar, que ha puesto a su disposición el grupo de voluntariado ambiental, creado tras la grave oleada de incendios de octubre para colaborar en la regeneración de los bosques. La primera intervención de los 127 vecinos que lo integran se desarrollará este sábado después de meses de trámites de constitución, asambleas y formalización de seguros.

El teniente de alcalde y concejal de Medio Ambiente, Antonio Araúxo, y los ediles Rocío Cambra y Xosé Antón Araúxo, presidente de la comunidad de montes de Couso, visitaron ayer el espacio de 6 hectáreas, ubicado en A Bouzavedra y el Alto da Raxada, donde se arrancarán los brotes de eucalipto surgidos tras una reciente tala, para evitar su reproducción. Los tres son voluntarios del "batallón verde" que se estrenará el sábado en Couso y animan tanto a los vecinos a sumarse a la iniciativa como a las comunidades de montes del municipio a contar con el grupo para actividades similares de cuidado y repoblación. "Trátase de concienciar sobre a necesidade de eliminar o eucalipto e por en contacto a mentalidade urbana coa realidade rural e forestal", explicaban.

Los comuneros de Couso ya han comenzado con la ardua tarea de librarse de las invasoras, también las acacias. De sus 330 hectáreas de superficie, casi la mitad estaban plagadas de eucalipto. Siguiendo su plan de ordenación forestal, los comuneros han cortado ya 50 hectáreas y todavía les quedan otras 100 para erradicarlo y esperan conseguirlo en los próximos años, explicaba su presidente. Habían comenzado con la campaña antes de los incendios de octubre, que afortunadamente no afectaron a su entorno, pero el desastre los anima a acelerar el proceso y los voluntarios les ayudarán en futuras jornadas.