El alcalde de Gondomar, Francisco Ferreira, sufrió ayer un asalto en la vivienda en que reside con su familia a plena luz del día. Unos desconocidos accedieron a la casa, ubicada en la parroquia de Vilaza, en las horas centrales de la jornada y se llevaron diversas joyas y dinero en metálico aprovechando que no había nadie en el interior. La Guardia Civil investiga las circunstancias de lo ocurrido.

El propio regidor se encontró con una ventana forzada cuando llegó a la vivienda en torno a las cinco de la tarde. En el interior, varias dependencias se encontraban totalmente revueltas y notó la falta de diversas joyas y una pequeña cantidad de dinero en metálico, según relató él mismo.

Enseguida alertó a las fuerzas de seguridad y hasta allí se desplazaron agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil, que inspeccionaron el interior en busca de pruebas para la investigación, y efectivos de la Policía Local.

Los asaltantes tuvieron que saltar el muro que rodea la finca, de un metro en su parte más baja. Para ello, cortaron la alambrada y el seto sobre la tapia para colarse en la propiedad. Una vez dentro, forzaron la ventana de la cocina y procedieron a buscar el botín, dejando cajones y ropa tirados por varias estancias.

Lo hicieron después de las once de la mañana, ya que Ferreira había estado en la casa sobre esa hora y no notó nada extraño.

Nadie en el entorno observó ningún vehículo sospechoso en las horas en que se produjo el allanamiento. Los asaltantes pudieron actuar con rapidez, dado que en principio no se llevaron aparatos electrónicos de gran tamaño como televisores u ordenadores, cuyo traslado a algún vehículo para huir pudiese ralentizar sus pasos.

La investigación trata de esclarecer si el ataque tiene que ver con el cargo institucional de la víctima o si corresponde a un robo con fuerza común, como otros registrados en los últimos meses en diversas parroquias rurales del municipio.