Érase una vez un pequeño pueblo gallego llamado Chandebrito que afrontaba desolado la Navidad. Había sufrido las peores consecuencias de la oleada de incendios de Galicia. El fuego había acabado con la vida de dos de sus vecinas y había arrasado prácticamente todo su monte. Rodeados de un manto negro, sus habitantes esperaban las fiestas más tristes de sus vidas. Pero un buen día la ilusión de una de ellos les hizo recuperar la sonrisa, al menos por unos instantes, con un gran árbol de luces de 5 metros de alto por dos de ancho llegado desde Madrid a bordo de un enorme tráiler...

No es un resumen del Cuento de Navidad de Charles Dickens ni la sinopsis de la película ¡Qué bello es vivir!¡Qué bello es vivir! de Frank Capra pero ocurre en Nigrán y tiene mucho de espíritu navideño. Los protagonistas son: la parroquia nigranesa de Chandebrito, la concejala Ana Pérez, que reside allí mismo, y Loterías y Apuestas del Estado. Sin mencionar su cargo institucional, la edil de Cultura y Turismo envió un emotivo mail al organismo estatal una semana después de los terribles incendios.

  • En estos momentos nuestro pueblo está pasando unos malos momentos, ha ardido el 98% de nuestra superficie forestal y a pesar de lo bonito que es... está todo negro, oscuro... Mi mayor deseo sería recuperar la esperanza, la alegría. Y aunque a estas alturas me imagino que ya tenéis todo montado... Por si acaso he pensado... Qué bonito sería el anuncio este año aquí. Porque la Lotería de Navidad para tantos significa justamente eso: recuperar la ilusión. Y justo es lo que me gustaría para mis vecinos. Por eso ahí dejo la idea... Y si toca aquí?.

El tradicional spot televisivo del Gordo del 22 de diciembre, dirigido este año por el cineasta Alejandro Amenábar, ya estaba casi listo. Pero el correo de Ana Pérez emocionó tanto a los directivos de Loterías que enseguida respondieron. No querían dejar pasar la oportunidad de llevar la magia de la Navidad a la parroquia y mostrar su apoyo a los vecinos que tanto habían sufrido. ¿Cómo lo hicieron? Encargaron una réplica de su icónico árbol de 22 metros de Madrid para enviarla a Nigrán. Es una copia más pequeña del cono de luces con forma de bombos que hasta 2016 había iluminado espacios tan emblemáticos de la capital como la Puerta del Sol o Callao. Esta vez luce en Ávila porque el gobierno municipal madrileño ha rechazado su colocación. Su "hermano pequeño" llega hoy a Nigrán y se encenderá a las 18.00 horas ante el Concello.

El espacio urbano no era la ubicación prevista inicialmente. Tanto Ana Pérez como la entidad estatal pretendían llevar sus deslumbrante lucerío al "torreiro" de Chandebrito, para que lo disfrutasen de cerca los damnificados. "Pero el camión que lo transporta no podía maniobrar por las estrechas pistas de la parroquia, así que podrá contemplarse en el centro del municipio", explicaba ayer emocionada la "conseguidora". Ha cumplido un sueño. La fatídica noche del 15 de octubre durmió en una área de servicio de A Cañiza son su familia. Se quedaron atrapados por las llamas cuando regresaban de recogerla en Ourense, donde había estado trabajando. Al día siguiente, al llegar a casa, comprobó con desesperación el desastre. Las llamas habían llegado a las puertas de su vivienda en el barrio de Igrexa y sus vecinos habían perdido mucho. Su profesión de guía turística la alejó otra vez de su hogar poco después. "Me marché angustiada por no poder ayudar y sentía la necesidad de hacer algo para recuperar la ilusión. Me sorprendió lo rápido que contestaron y se solidarizaron con la causa", manifestaba ayer con el deseo de que haber contribuido "un poquito" a devolver la esperanza a la zona. "Y si toca, mejor que mejor", apuntaba. Al menos en parte, se cumplirá el eslógan de la campaña publicitaria navideña de Loterías: "El mayor premio es compartirlo".