Cándida Rodríguez, de Pazos de Reis, Joaquín Estévez, de Soutelo, y Venancio González, de Budiño, fueron asesinados el 28 de noviembre de 1922 en la parroquia tudense de Guillarei y el domingo, día 26, varios actos conmemorarán el 95 aniversario de su muerte.

Más conocidos como los Mártires de Sobredo, estos tres vecinos perdieron la vida en un contexto histórico marcado por el feudalismo, una época en la que los agricultores estaban obligados a pagar una renta anual por cultivar sus propias tierras, motivo por el cual surgieron las primeras sociedades agrarias, cuyo objetivo era eliminar unos contratos forales propios del régimen esclavista medieval.

La historia de los Mártires de Sobredo comenzó a escribirse cuando Cándida, Joaquín y Venancio, junto a otras 2.000 personas, acudieron a una manifestación en solidaridad a un vecino de Sobredo a quien, por negarse a pagar el foro, un juez pretendía embargar sus bienes. La concentración fue disuelta entre balazos por la Guardia Civil y las tres víctimas son desde entonces el símbolo de una sociedad agraria martirizada.

Diez años después de estos hechos se levantó en Guillarei el monumento "Mártires de Sobredo", que fue dinamitado tras el golpe de Estado de 1936. Un intento de conmemorar a los mártires que no tuvo su continuidad hasta 1988. Así pues, a finales de los años 80 el monumento, obra de Camilo Nogueira, fue reconstruido y desde entonces no hay año en el que el Instituto de Estudos Agrarios Mártires de Sobredo (IEAMSo) reivindique los sucesos de aquel 28 de noviembre.

El IEAMSo ya ha puesto fecha para el homenaje, que será el domingo 26 de noviembre. Los actos de este nonagésimo quinto aniversario comenzarán a las 11.00 horas con la tradicional concentración en la Carballeira de Sobredo y más tarde, a las 11.30 horas, los asistentes se desplazarán hasta el lugar donde se encuentra el monumento. A las 12.00 horas, después de la presentación del acto, intervendrán Xosé Alfredo Pereira, presidente de la Organización Galega de Comunidades de Montes Veciñais e Man Común, y Alba Nogueira, profesora de Derecho Administrativo en la USC y nieta del escultor que realizó el monumento.

A continuación, está prevista la ofrenda floral frente al monolito, antes de clausurar el acto con la música del grupo folclórico Lembranzas da Terra y el grupo de gaitas Folieiros. Una manera de poner fin a una cita anual que mantiene vivo el recuerdo del esfuerzo colectivo por cambiar un sistema foral que se cobró al menos tres víctimas.