Un aldabonazo. Así suena la carta del presidente de la Comunidade de Montes y Asociación de Veciños de Chandebrito, Víctor Vidal, sobre la oleada de incendios del pasado mes de octubre. Vidal tacha de "insultante" que a los agentes que participaron en la pavorosa caravana de aquel 15 de octubre se les distinga por su participación en el rescate del centenar de vecinos atrapados por las llamas. Una odisea terrorífica para agentes y civiles "que contemplamos incrédulos su evidente miedo y falta de profesionalidad".

Va incluso más allá al señalarles como "los responsables de las muertes que hubo en la parroquia, por falta de un análisis en frío de la situación, al sacarnos a los vecinos de una zona segura y meternos en la boca del lobo". Reconoce su voluntad de ayudar pero subraya su "negligencia" en el desalojo.

En aquella trágica jornada fallecieron dos mujeres, Maximina Iglesia y Angelina Otero. Dos amigas octogenarias, muy conocidas en la parroquia, que jugaban su última partida de cartas minutos antes del suceso. Fallecerían después abrasadas en una furgoneta cuando intentaban escapar de las llamas durante la evacuación policial.

La misiva se reproduce de forma íntegra a continuación:

TESTIGO ACCIDENTALResulta paradójico que, en esta sociedad moderna donde la información fluye de forma instantánea, podamos estar peor informados que cuando nuestros antepasados se comunicaban a través del humo producido por el fuego.He aquí que, hasta este ancestral método de dar noticias, en la actualidad, se utilice para confundir a propios y extraños tal y como, recientemente, ha pasado aquí donde he nacido y espero, en décadas, morir, Chandebrito. Fui testigo accidental, más bien por el accidente, que dejó hace un mes con el culo al aire a todo María Santísima. Ese incendio de proporciones 'cataclísticas' del día 15 de octubre, puso al descubierto las vergüenzas de propios y extraños:- A los propietarios de las fincas tomadas del monte comunal, por la situación de dejadez en que las tenían, incluso, al pie de las viviendas.- A las Comunidades de Montes, porque hacemos un aprovechamiento de la propiedad privada comunal, a veces, tan salvaje que no respetamos los retranqueos, ni la diversidad arborícola.- A presuntas entidades vecinales que dicen estar en pro de los vecinos y, cuando se les necesita en verdad, simplemente hacen lo que siempre han hecho, esconder la cabeza bajo tierra y tratar de enmierdar todo lo que tocan.- A los ciudadanos que hacen uso de este espacio privado que son los montes comunales, de forma libertina, a veces, sin pensar en que, para tenerlo bonito y cuidado, también es necesario respetar lo que nos dejan usar y contribuir a su mantenimiento.- A la siempre benefactora Administración Pública que, a la disculpable falta de medios suficientes para abordar una situación tan excepcional como fue la vivida ese fatídico día del 15-O, se le sume la falta de sensibilidad y compromiso real a fin de hacer llegar a los administrados las tan necesarias ayudas tras catástrofes de este tipo, se le suma que no quieran entender que una Comunidad de Montes, no es una Empresa y, por tanto, esa labor social presente allí donde mires en nuestras parroquias acometida con dineros propios, no debería, nunca, ser gravado a impuestos que lastran la posibilidad de contribuir al desarrollo de parroquias como Chandebrito y mantener el monte en condiciones óptimas de limpieza.- A las jerarquías eclesiásticas, las mismas, desde que tengo uso de razón, siempre iban a venir para oficiar la Misa Mayor el día de las comuniones en la 'Chandi' y, al final, encontraban una excusa donde refugiar su falta de consideración para con esta parroquia, ahora bien, el triste día del entierro de nuestras queridas vecinas; siendo testigos de primera mano toda cadena de televisión que se preciase, así como otros medios de comunicación variados; se presentaron en el plató, creado a su imagen y semejanza, en el atrio donde está la iglesia.- Al Cuerpo Nacional de Policía que, amén de la ingenua buena voluntad que le pusieron subiendo a Chandi cuando aún se podía, no hubo en ellos actuación gloriosa meritoria de galardón alguno. Es más, resulta insultante hacia los vecinos que contemplamos incrédulos su evidente MIEDO y falta de profesionalidad el día de autos, se les premie y salgan a la palestra continuamente como si hubiesen salvado a alguien cuando, la verdad, es que fueron los responsables de las muertes que hubo en la parroquia, por falta de un análisis en frío de la situación, al sacarnos a los vecinos de una zona segura y meternos en la boca del lobo y, así mismo, lo que también pudo haber son más casas incendiadas a causa del desalojo por unos voluntariosos pero negligentes, en este caso que nos ocupa, agentes del orden. Cuando ya sólo quedaba el humo y dispersos vecinos por los diferentes barrios de Chandebrito, amagaron con una segunda evacuación a fin de tener más que justificada su huida de la zona 0.- A aquellos aguilillas que pretenden aprovecharse de la necesidad de ayudar que a la ciudadanía le sobreviene en tamañas situaciones, pretendiendo calmar las conciencias colectivas a base de organizar la realización en masa de donativos para sabe Dios quién o qué €.Aunque, también, esa aptitud tan humana y reconocible de aquellos que de forma anónima, sin esperanza alguna de condecoraciones y halagos póstumos, en todas estas adversas circunstancias, el ciudadano de a pie, las solventa con la necesaria

solidaridad