Su tarea consiste en salvar vidas en caso de emergencia y perciben por ello 850 euros al mes. La precariedad laboral que padecen los bomberos del Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) Val Miñor no solo radica en sus salarios, sino también en los medios materiales. Denuncian el mal estado de los vehículos que emplean para desplazarse por la comarca y apagar incendios e incluso de las herramientas que utilizan a la hora de excarcelar a heridos de vehículos siniestrados. Un deterioro que afecta también a su propia seguridad, ya que visten trajes rotos que ellos mismos se ven obligados a remendar. Por todo ello han decidido movilizarse para exigir a la Mancomunidade un convenio que regule su situación y han organizado un mes de protestas en distintos puntos de la comarca.

La primera tendrá lugar este lunes, día 2 de octubre, a las 10.30 en la rotonda de acceso a Sabarís desde A Ramallosa. Aprovecharán el concurrido mercadillo semanal para dar a conocer a la población las dificultades a las que se enfrentan en su trabajo. Luego acudirán a los plenos convocados el próximo jueves, día 5, en Baiona a las 12.00 y en Gondomar a las 20.00. El día 16 regresarán a la feria de Sabarís y el 26, al pleno de Nigrán, también a las ocho de la tarde.

"Queremos dar a conocer a la población nuestra lamentable situación. Explicar las condiciones en que trabajamos y que sepan por qué en muchas ocasiones solo llega un compañero cuando nos llaman", apunta Rosi Pereira, delegada sindical de los efectivos por la CIG.

Doce bomberos integran el GES, seis indefinidos y seis temporales. Las vacaciones y bajas dejan turnos de un solo agente en numerosas ocasiones, "y eso es un riesgo potencial para la población de Baiona, Nigrán y Gondomar, que suma cerca de 40.000 habitantes yque se triplican en verano, y para los bienes materiales y naturales que protegemos", señala Pereira.

La incertidumbre sobre su futuro laboral es otra constante en sus vidas. Sus contratos dependen de subvenciones anuales de la Xunta y cada año llegan a diciembre sin saber qué ocurrirá en enero con sus puestos de trabajo. La frustrada área metropolitana de Vigo y sus competencias han contribuido todavía más a esta inseguridad.

Hace años que sufren los mismos problemas y la solución nunca llega. Carecen de convenio, por lo que tampoco disponen de complementos de festividad, toxicidad, nocturnidad, entre otros, como cualquier otro trabajador del sector. "Hemos intentado sentarnos con los alcaldes que presiden la Mancomunidade -el organismo que los contrata- en cada momento y nunca conseguimos nada porque se pasan la pelota año a año unos a otros", lamenta la sindicalista.

Se han cansado de esperar. Están decididos a tomar la iniciativa para que se atiendan sus demandas y piden apoyo a la población para lograrlo.