Los aficionados a los dos ruedas abarrotaron ayer el aparcamiento de la feria de Redondela, con más de mil aficionados en la V Xuntanza Motera Vila dos Viaductos. Las previsiones de la organización se desbordaron y durante toda la tarde, y hasta bien entrada la madrugada, la Avenida de Mendiño estuvo tomada por las motos.

Los participantes comenzaron a llegar desde la mañana y a primera hora de la tarde apenas había espacio para acoger a todos los vehículos en el recinto habilitado por los organizadores, el Motoclub de Redondela. "La respuesta ha sido espectacular, hemos contabilizado más de 800 motos y no paran de llegar. Es la concentración más numerosa de todas las que hemos realizado, con gente de todas partes de Galicia y del norte de Portugal, incluso de varios puntos de Castilla-León", señala el presidente del Motoclub, Carlos Figueroa.

Uno de los momentos más espectaculares fueron los concursos como el de ruido de los tubos de escape, en el que los dieron rienda suelta a sus motores, e incluso alguno aprovechó para quemar rueda, pero sobre todo la estrella de la jornada fue la exhibición de acrobacias a cargo de Acuko, un piloto portugués cuatro veces campeón de stunt en Portugal. Este experto arrancó los aplausos del público con sus impresionantes caballitos, frenadas invertidas y todo tipo de maniobras realizadas con distintas motos, quad e incluso en un clásico Mini deportivo.

El espectáculo se realizó en un circuito cerrado en la Avenida de Mendiño, atestado de público. "Esperamos que este éxito sirva para que el evento se consolide y pueda crecer año tras año, y al mismo tiempo, tengamos más apoyos para las próximas ediciones. Este tipo de concentraciones dan a conocer Redondela porque atraen a mucha gente y al mismo tiempo es una inyección económica para los negocios de la localidad, sobre todo la hostelería, porque muchos de los asistentes se quedan a comer y a cenar en los bares y restaurantes de la villa", explica Figueroa.

Los moteros también realizaron por la tarde una ruta por la comarca formando una interminable hilera de vehículos que recorrió las parroquias de Quintela, Vilar de Infesta, Cabeiro, Negros y Cedeira, además de las calles del centro urbano de Redondela.

La jornada estuvo amenizada por una degustación de mejillones, sesión de zumba, sorteo de regalos, música de discjockeys y una gran queimada con el maestro Chupacabras encargado de leer el conjuro.