Desde el inicio de año los vecinos de Gondomar han denunciado en el Ayuntamiento la situación de excesiva maleza que sufren unas 300 propiedades privadas para reclamar su limpieza y la sanción a los propietarios.

Según explicó ayer el concejal de Medio Ambiente y Urbanismo, Antonio Araújo Quintas, llegan al Concello una media de 45 denuncias al mes "debido la estas situaciones de falta de limpieza de las fincas particulares".

Expedientes lentos

El edil afirma que el Concello cuenta con pocos medios humanos y materiales (personal para inspeccionar, tramitaciones, etc) para atender estas denuncias "dado que son expedientes con una cierta complejidad, comenzando por la localización de los propietarios denunciados, muchas veces desconocidos, en el extranjero, herencias sin repartir, etc" lo que impide una pronta solución del problema.

Además explica que tampoco es legalmente posible entrar a limpiar, o proceder a la tala de árboles, sin haber comunicado previamente la correspondiente resolución y es necesaria la obtención de autorizaciones judiciales para poder hacerlo, lo que resulta muy complejo.

El concejal explica que la situación de abandono de cientos, o miles, de propiedades que en tiempos fueron campos y fincas de cultivo, hacen de esas propiedades auténticos polvorines propiciatorios a la acción de los incendiarios o, simplemente de fuegos fortuitos.

Además de las fincas de cultivo Araújo señala que incluso están abandonados los propios montes particulares de los que se aprovechaba su biomasa para el uso doméstico (leña y madera), o agropecuario (tojo), "y que hoy en su inmensa mayoría sólo crecen malezas: zarzas, acacias, mimosas, eucaliptos, xestas, etc"

Preocupación

"Desde la Concejalía de Medio Ambiente de Gondomar somos conscientes y compartimos la preocupación que esta situación está creando en aquel vecindario que vive al lado de estas propiedades en evidente abandono, que en algunos casos incluso llega a provocar una cierta alarma social. A día de hoy, la situación, se ve agravada por el envejecimiento de la población que hace pocos años cultivaba y cuidaba el territorio evitando el abandono del mismo y el peligro de los fuegos. Si a mayores de esta circunstancia tenemos en cuenta el carácter eminentemente rural del municipio de Gondomar y su extensión, 72 km2, es fácil entender la dificultad para resolver esta problemática.

A pesar de que el Concello anuncia que va llevar adelante las denuncias un llamamiento especial "a la consciencia del vecindario propietario de fincas en estado de abandono, para que procedan a su limpieza". "De esta manera", dice "ganaremos todos en tranquilidad: el vecindario afectado y el Ayuntamiento ahorrando recursos públicos que son del todos nosotros".