La Parranda de San Pedro de A Ramallosa cumplió ayer cien años de peregrinación a San Roque de Morgadáns.

Explica Carlos Riveiro que la tradición fue pasando de abuelos a hijos, nietos y biznietos y para cumplir el centenario otros vecinos de la comarca se unieron a la fiesta, y recorrieron a pie los 9 kilómetros que separan San Pedro y San Roque.

Lo que había nacido con fe y devoción hoy todavía mantiene parte de ese arraigo pero mucho más el deseo de pasarlo bien y mantener viva una tradición popular.

Para la fiesta de este año la organización contó con una empanada gigante que fue repartida a trozos entre los que adquirieron una camisera conmemorativa, nada menos que de tres por cuatro metros y 80 kilos de peso, donada por Obradoiro Tupana.

Cuatro tractores y un camión completamente engalanados con flores cargaron a los niños y mayores, las viandas y el vino, mientras que otro vehículo llevó en una plataforma la empanada. La comitiva fue acompañada durante todo el trayecto por la Policía Local de Nigrán y después la de Gondomar.

"Es una tradición muy arraigada en Nigrán que desde lo gobierno queremos preservar y fomentar", explicó el alcalde, Juan González, quien también hizo el camino desde el inicio.

La directiva de la parranda, tras investigar entre los más viejos del lugar, averiguó el año pasado que este 16 de agosto cumplirían cien años de tradición. Una de los testimonios más antiguos de esta costumbre fecha de 1928, cuando José Gil la incluyó en su documental para la Unión de Hijos de Morgadáns de Montevideo titulado "Nuestras fiestas de allá", disponible en youtube gracias a restauración de 1999 del Centro Gallego de Artes de la Imagen. Al igual que se aprecia en ese vídeo, ayer los vecinos de Morgadáns aplaudieron la llegada de los de la Parranda de Nigrán, que dieron dos vueltas a la iglesia antes de entrar para la misa mayor.