Sebas y Bruce son dos de los perros abandonados a los que la Protectora de Animales Aloia busca hogar, por lo que esta semana han visitado las calles de Tui con el objetivo de concienciar sobre la importancia y responsabilidad que supone tener una mascota. Pero como Sebas y Bruce hay 150 perros más al cuidado de dicha protectora que también buscan una familia de adopción.

Sebas, tranquilo y cariñoso, vive desde hace tres años en casa de un voluntario y llegó a la protectora cuando apenas tenía dos meses. Quizás, y por desgracia, sea uno de los más veteranos, por lo que en su memoria guardará un montón de historias del resto de sus compañeros caninos que han vivido su misma suerte. Bruce no puede contar ninguna de estas historias, pero uno de los miembros de la protectora, Pepín Solleiro, sí.

Bruce, muy juguetón. Vive en casa de un voluntario. // DBM

"Es duro llegar al refugio en invierno y encontrarte en la puerta con un perro atado y a la lluvia. La gente nos los deja allí y se va. O otros en pésimas condiciones, con las orejas todas comidas y llenos de moscas", cuenta Pepín, que además afirma que en verano los abandonos crecen. "Notamos cómo crece el número de perros abandonados en verano, desde que empezó julio hemos recogido una media de un perro por semana", asegura Pepín.

Otra de las historias que conoce Pepín es la de cuatro cachorros a los que alguien dejó a las puertas del refugio "metidos entre dos cajas de frutas de plástico atadas con cuerdas". Sobre esto, el miembro de la protectora advierte de la importancia de esterilizar a las mascotas para que no se produzcan "camadas indeseadas y luego pasen estas cosas".

"Las femias tienen en la primera camada dos o tres cachorros, pero la segunda vez que dan a luz ya tienen hasta ocho cachorros" pone en conocimiento Pepín.

Por otro lado, no todo son malas noticias. La protectora recibe una media de dos o tres llamadas diarias de personas interesadas en adoptar y los que completan dicho proceso "están encantados y a menudo nos envían fotos y vídeos", constata Pepín.

"Nosotros entregamos el perro vacunado y esterilizado, por lo que el adoptante solo tiene que ponerle el microchip. Además también hacemos un seguimiento durante las primeras semanas para comprobar que mascota y dueño se han adaptado bien", dice un Pepín que también dice avanza que desde diciembre del pasado año ya han dado en adopción a 66 perros.

Bruce, Sebas, Kike, Alma y el resto de perros que viven en el refugio que la protectora tiene en Guillarei quieren sumarse a este número de perros abandonados a los que alguna familia tudense y de los alrededores del Baixo Miño, les ha concedido una tercera oportunidad. La segunda es la que les brindan día a día los 14 voluntario y 141 socios que integran la Protectora de Animales Aloia de Tui.

Pepín Solleiro, Pilar González, con Sebas y Bruce en la Plaza de la Inmaculada. // DBM