La Axencia Galega de Infraestructuras adjudicó en 2,3 millones de euros las obras de construcción del centro de salud de Gondomar que se habían paralizado en 2015. La empresa Dragados será la que finalmente realice la obra tras ser seleccionada entre una decena de firmas.

Se espera que las obras se reanuden en el mes de septiembre y puedan estar concluidas en el cuarto trimestre del año próximo. Inicialmente el presupuesto para las obras era de 3 millones de euros, que se reducen considerablemente con esta adjudicación.

La actuación se paralizó en 2015 a causa de la quiebra de la constructora que comenzó la obra.

El edificio tendrá seis consultas de medicina general y otras tantas de enfermería, un área de pediatría con una consulta médica y otra de enfermería, así como una consulta de matrona y una sala de educación maternal.

El incremento inicial de la partida se debía a la actualización de precios respecto a la primera contratación del proyecto, efectuada en 2014 por 2,37 millones, sin embargo la oferta de Dragados mantiene prácticamente los precios del concurso anterior.

La empresa Corsan-Coviam puso en marcha la construcción del centro en marzo de 2015, pero paralizó la obra cinco meses después por problemas económicos. El Gobierno gallego aseguró haberle impuesto una multa de 40.000 euros por incumplir el contrato y mantener los trabajos estancados más de dos meses y la parcela, ubicada en As Ánimas, continúa albergando tan solo unos cimientos y columnas.

Los trámites de la rescisión del acuerdo con la citada empresa han retrasado la nueva licitación de la obra, que prevé, además de las citadas consultas, una zona de administración con área de admisión, archivo de historias clínicas, dos almacenes, una sala de calderas, otra de estar para el personal y baños, tanto públicos como reservados a la plantilla, además de una sala de juntas y una biblioteca.

El proyecto resuelve, según indicó ayer la consellería, la urbanización de la parcela, de 4.974 metros cuadrados, incorporando la riqueza natural de su proximidad al río Miñor con un espacio colectivo "de gran valor e potencial". El inmueble organizará así su funcionamiento a través de un patio abierto al cauce con el acceso y las zonas de espera acristaladas. Se creará, de este modo, una plaza pública con un aparcamiento.

El edificio se repartirá en niveles distintos para dejar sitio a esta zona de esparcimiento, que mejorará el ámbito fluvial y pondrá en valor el Camiño das Ánimas. Se dividirá en dos áreas longitudinales.