Las cinco playas fluviales que la Consellería de Sanidade evalúa para conocer el grado de calidad de sus aguas vuelven a ser, por segundo año consecutivo, aptas para el baño. La Xunta tiene en cuenta desde hace años en sus estudios los dos arenales de A Freixa y San Roque, en Ponteareas, además de dos situados a orillas del Tea en Mondariz, O Val y Cernadela.

Es especialmente relevante que la playa de San Roque, que recuperó la calidad suficiente en sus aguas como para poder bañarse sin riesgos el verano pasado después de más de una década arrojando resultados negativos, sea capaz de mantener el mismo resultado. No obstante, también hay que señalar que algunos de estos arenales han empeorado la calificación ofrecida por Sanidade con respecto al mes de agosto de 2016.

De este modo, A Freixa I ha pasado de contar con una calificación de "buena" (registrada el pasado mes de agosto de 2016) a una de "suficiente". Otro arenal que ha visto bajar su consideración es el de Cernadela, aunque en este caso pasa de un "excelente" a una estimación de "buena" por parte de la Xunta. Los otros tres arenales mantienen las notas del pasado verano: San Roque conserva una calidad "suficiente", y A Freixa II y O Val ostentan unas aguas que reciben la etiqueta de "buenas".

Según el mapa oficial de zonas de baño de Galicia, el último control realizado en las cinco playas tuvo lugar el pasado 27 de junio. Las calificaciones se obtienen calculando los controles de las últimas cuatro temporadas.

Inclusión de otras playas

La Asociación Lazoiro, que trabaja a favor de poner en valor el entorno y el patrimonio como un atractivo turístico más para potenciar el municipio fronterizo, a la vez que fomenta valores como la participación ciudadana, el uso del gallego y el ecologismo, solicitó ya el pasado año ante la Jefatura Territorial de Sanidad de Pontevedra la incorporación de inclusión en los análisis de Sanidade de cuatro arenales en el municipio de Salvaterra de Miño, concretamente el de Abelán, en la parroquia de Fornelos, Cordeiro, en Alxén, y Os Muíños, en Salvaterra, bañados por el río Tea, y el de Bogal, en Oleiros, en este caso a orillas del Miño. Lo hizo al amparo de la Ley 14/1986 del 25 de abril, la cual prevé que las actividades y productos que, directa o indirectamente, puedan tener consecuencias negativas para la salud sean sometidos al control de las administraciones públicas, siendo el uso recreativo del agua una de estas actividades.