Los propietarios de perros de Redondela disfrutan por segundo año de un espacio en las playas en Cesantes y Chapela en los que poder relajarse junto a sus mascotas. La continuidad de esta iniciativa, puesta en marcha de manera experimental el pasado verano, estaba condicionada a la respuesta de los usuarios y a los conflictos que pudieran surgir por la presencia de los animales. La escasez de incidencias ha permitido que el gobierno local mantenga ambos arenales abiertos a los perros, los únicos en el interior de la ría, y se reforzará la señalización para informar a los bañistas de que está autorizada la presencia de los canes.

El concejal de Medio Ambiente, Miguel Ángel Álvarez, destaca la buena acogida que ambos espacios caninos han tenido por parte de los propietarios de perros, y resalta que incluso han recibido llamadas de otros municipios y de turistas para informarse de los lugares habilitados para acudir a disfrutar de las playas con sus mascotas. "La convivencia desde el primer momento ha sido buena, con alguna incidencia puntual, porque en cualquier cambio que se realice siempre habrá algún detractor, y en algún caso también por el incumplimiento por parte de los dueños de los canes de alguna de las norma, pero a nivel general el balance ha sido muy positivo", señala el edil.

Para evitar conflictos entre los usuarios es obligatorio el cumplimiento de unas medidas básicas de convivencia, como no salir de las zonas delimitadas, recoger los excrementos, llevarlos con correa y bozal en el caso de las razas potencialmente peligrosas o mantener vigilados en todo momento a los animales para que no molesten al resto de usuarios.

La zona autorizada en Cesantes para los perros abarca unos 150 metros en la zona central de la playa, entre el lugar conocido como "Os Asteleiros" y el entorno del hostal Antolín. En el caso de Chapela, el espacio canino se sitúa en el paseo de Cardona, en una pequeña cala ubicada entre dos puertos deportivos, a unos cien metros de la playa de Arealonga.