CONDADO PARADANTA
Fallece Román Iglesias, impulsor de la Asociación de Justicia de Paz
Fue juez de Paz de Crecente y autor del libro "Recordar es vivir" - Trabajó en Citroën

Román Iglesias con los policías Guillermo Prado y Antonio Torrado, que le salvaron la vida en 2013. // Jesús de Arcos
Crecente
Falleció ayer en Vigo el que durante quince años fue juez de Paz de Crecente, Román Iglesias Fernández, impulsor también de la Asociación de Jueces de Paz. Su delicada salud y sus problemas cardiacos acabaron finalmente con su existencia en la jornada de ayer, cuando contaba con 76 años.
Tras trabajar en Citroën durante la mayor parte de su vida laboral, se retiró a su localidad natal, en Vilar (Crecente), donde cosechaba y elaboraba vino y se dedicó a la justicia de Paz, no solo ejerciendo como juez en el municipio de Crecente e incluso en A Cañiza, sino impulsando una asociación de Justicia de Paz en Galicia, que buscaba más medios para la "hermana pobre" de la administración judicial, en sus propias palabras.
Capaz de impartir justicia e intentar hacer el bien, Román Iglesias era una persona muy querida en su municipio y muy conocida fuera de ese ámbito, entre otras cuestiones por sus artículos y cartas en FARO DE VIGO.
En el pasado mes de abril una carta escrita por él y publicada por nuestro rotativo logró que 70.000 personas la leyeran en la web y otras 9.000 la compartieran en redes sociales. Con el título de Un 10 para un conductor de vitrasa, la carta cuenta como el conductor del autobús invitó a subir a un chico sordomudo con un carrito de bebé y llevarlo hasta otra parada sin cobrarle el billete. Incluso FARO organizó un encuentro entre ambos.
Preocupado por los demás, haciendo el bien con entrega de alimentos y otras donaciones a quien lo necesitaba, y aún ocupado en la Asociación de Jueces y en atender el Juzgado, Román Iglesias tuvo tiempo para plasmar las vivencias personales de toda su vida en un libro Recordar es vivir-Crónica de la vida un niño de aldea, en el que desgrana numerosas aventuras y desventuras, infinidad de anécdotas y situaciones curiosas para hacer la lectura entretenida.
En el anverso del libro, Iglesias señala: "Cuando un periodista le preguntó al Papa Francisco cómo quería ser recordado, le respondió, 'era un buen tipo, hizo lo que pudo. No fue tan malo'. Hago mías sus palabras".
De su historia destaca también la felicitación que realizó a dos agentes de la Policía Local de Vigo que le salvaron la vida en diciembre de 2013, cuando le practicaron los primeros auxilios tras hallarle en el suelo de una céntrica calle.
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