El alcalde de Ponteareas, Xosé Represas, suspendió el pleno ordinario de febrero, este martes a las 23.30 horas, después de haber llamado al orden en tres ocasiones al líder de la oposición, Salvador González Solla. Represas justifica su decisión "por causa de las reiteradas interrupciones, faltas al turno de palabra y al respeto del portavoz municipal del grupo municipal del PP, Salvador González Solla", en el primer punto de control de la acción del gobierno local, que era el décimo segundo de la orden del día, y correspondía a una moción presentada por el PP para reprobar al alcalde y a la concejal de Vías y Obras y solicitar su dimisión, según figura textualmente en la orden del día del pleno.

El PP llevaba esta moción a pleno motivada por la pérdida por parte del Concello de Ponteareas de una subvención de 87.000 euros para el asfaltado de caminos en Cillarga, Cumiar y Mouro.

Por su parte, el Partido Popular critica la decisión del alcalde de suspender el pleno y considera que lo hizo "al verse en minoría", ya que, según el PP, no asistió a la sesión el concejal de Servicios Sociais, Manuel Troncoso, y se ausentó el concejal de Facenda, Francisco Alonso. Lo hizo "para no votar este punto buscó el enfrentamiento con la oposición para así provocar su suspensión" defienden los populares.

La discusión se desencadenó porque el alcalde argumentó que el pleno solo puede votar su reprobación y no su dimisión, haciendo referencia a una consulta jurídica del procedimiento. Mientras que Solla insistió reiteradamente en que también se votase la petición de dimisión del alcalde y de la edil Chus Garrote, aunque luego no fuese vinculante.

"El propio alcalde, estando en la oposición, en numerosas ocasiones, solicitó en pleno la dimisión del entonces alcalde, Salvador González Solla y de otros concejales del gobierno del PP" recuerdan los populares y añaden que entonces "nunca se prohibió que se tratasen aquellas mociones".

Por su parte, el BNG condena las actitudes del PP en el pleno después de que Solla "interrumpiese al alcalde en repetidas ocasiones con gritos e insultos". Además asegura que "tras ser advertido hasta en tres ocasiones por el alcalde, el concejal está obligado a abandonar la sala, como indica el reglamento" pero Solla no lo hizo.