El pan de Porriño ha dado un nuevo paso adelante en la conformación de un sello de calidad propio que permita que la elaboración del tradicional producto porriñés esté regulada por una normativa concreta. En la tarde de ayer se firmó el acta de constitución del Consejo Regulador del Pan do Porriño, ente que administrará la etiqueta que vestirá los panes salidos de un total de ocho panaderías del municipio porriñés y que servirá para diferenciar, de forma legal, las recetas de este producto de otros.

Con el acta de constitución del consejo, se abre ahora un proceso administrativo que culminará con la celebración del primer pleno y la posterior aprobación de los estatutos del reglamento. Además, desde ayer queda ya conformada una junta gestora presidida por Juan Carlos Fernández, de la panadería Progreso, y vicepresidida por Elena Álvarez, de la panadería Erundina. También contará con un secretario, función que desempeñará Iván Vaqueiro.

La celebración de esa primera sesión plenaria servirá, asimismo, para empezar a organizar la segunda edición de la Festa do Pan do Porriño. Para cuando llegue la fecha del evento, casi con la entrada del estío, los panaderos esperan tener ya operativo el sello de calidad que acompañará a sus productos.

El proceso de recuperación y promoción del pan de Porriño empezó el pasado mes de octubre de 2015, a instancias de Acipor, que reunió a los panaderos porriñeses para plantearles impulsar medidas de promoción de este producto, entre las que se encontraba contar con un certificado propio que ayudase a promocionar el tradicional pan de Porriño, así como la creación y puesta en marcha de un evento propio como fue organización de la primera Fiesta del Pan do Porriño, celebrada a principios del pasado mes de junio. Tanto Acipor como el Concello de Porriño formarán parte del Consejo Regulador del Pan do Porriño, ambos en calidad de vocales.

Las panaderías que ayer firmaron el acta de constitución del Consejo Regulador son Chinchina, Erundina, Argibay, A Maquía, La Estrella, Torneiros, O Progreso, y Troca.

Sin perjuicio de que se puedan unir otras en un futuro, estos son los establecimientos que han ido dando pasos paulatinamente desde hace algo más de dos años para dotar al pan de Porriño de valor jurídico y de marca propia, genuina ya no sólo por su sabor sino también por los métodos empleados en su elaboración, que en pocas semanas estarán recogidas en los estatutos del consejo regulador que ayer firmó su acta de constitución.