Una granja de vacas ilegal con dos sentencias en contra ha saltado a la actualidad esta semana tras los mediáticos intentos de su propietaria de evitar su cierre. Se trata de la explotación "Cuatro Pinos", abierta en 2005 en el barrio de San Cosme, en la parroquia baionesa de Baíña. Tras nueve años de pleitos con la comunidad de montes de la zona, la dueña ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas a través de internet para salvar, según afirma, a sus 120 reses del sacrificio y ha denunciado la actitud "machista" de los comuneros por no admitirla en su colectivo. Enfrente, la sociedad mancomunada argumenta que se ha visto obligada a demandarla porque practica el pastoreo libre por los montes comunales sin haber solicitado permiso, de manera que los animales han causado cuantiosos daños a las plantaciones comunales, derribando incluso sus cierres, y a fincas particulares, además de haber provocado varios accidentes de tráfico.

Su presidente, Juan Domínguez, compareció ayer públicamente para explicar su postura y manifestó incluso que las vacas acceden al embalse de Baíña, que surte a gran parte del municipio de Baiona, y que "os excrementos chegan mesmo á auga". Sus declaraciones provocaron la inmediata reacción del Concello, que garantizó las "óptimas condiciones" del abastecimiento, que recibe los correspondientes tratamientos de potabilización.

Domínguez salió al paso de las acusaciones de la granjera acompañado del abogado de la entidad, Juan Blanco. El letrado hizo hincapié en los dos fallos judiciales desfavorables a la explotación. Uno es firme desde noviembre y ordena el cese del pastoreo libre, por lo que la gerente de la explotación debe mantener los animales dentro de su propiedad. Esto no quiere decir, señaló el presidente de los comuneros, que haya que matar a los animales. "O sacrificio é o último, pode vender as vacas ou falar coa comunidade de montes para chegar a un acordo, pero a nós non se dirixiu nunca", indicó.

La otra sentencia, recurrida, niega el derecho de ser comunera a Diana Pino porque no reside en la parroquia. El juez incide incluso en que el lugar es "inhóspito" al carecer de agua potable, alumbrado público, recogida de basuras y diversos servicios.

Irregularidades urbanísticas

La granja es además ilegal desde el punto de vista urbanístico. Aunque concedió en su día licencia de construcción, el Concello le abrió expediente tras diversas denuncias vecinales porque se encuentra en terreno rústico de protección forestal. El asunto fue trasladado a la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística (APLU) de la Xunta, el organismo competente en este tipo de suelo, que todavía no se ha pronunciado. El establecimiento carece además de licencia de ocupación.

Mientras tanto, la campaña de Diana Pino en la red había logrado ayer 1.259 firmas de apoyo a su actividad, que ejerce como afición, puesto que, según asegura, "las vacas no dan para vivir".