El antiguo canal de navegación de A Marisma de Redondela podría pasar a la historia un siglo después de su construcción. La cofradía de pescadores "San Juan" de Cesantes ha elaborado un proyecto para devolver el estuario del río Alvedosa a su estado original, una actuación que justifica por su falta de uso en la actualidad y, sobre todo, por las consecuencias negativas que provoca en la Ensenada al interrumpir las corrientes.

El patrón mayor del pósito redondelano, Clemente Bastos, explica que el viejo canal, formado por dos largas hileras de piedra desde la desembocadura del río, se construyó en el año 1926 con el fin de aumentar el calado en la zona. Esta barrera -de 350 metros de longitud- permitía que las embarcaciones pudieran llegar hasta el puerto de la villa redondelana, que se situaba en el espacio que ahora ocupa el mercado de abastos, bajo el viaducto de Pontevedra. "La realidad es que ahora ya no tiene ningún sentido mantener el canal porque no se usa y además es perjudicial para este entorno tan sensible. En vez de aumentar el calado, está causando el problema contrario, ya que al interrumpir las corrientes provoca la acumulación de lodos en toda esta zona e impide que la arena llegue hasta la playa", apunta Bastos.

El proyecto se expondrá ante los distintos colectivos sociales de la zona para sumar apoyos y también cuenta con el respaldo del Concello, ya que la recuperación de la zona litoral de Cesantes es uno de los objetivos de la Concejalía de Medio Ambiente desde hace años ante la constante pérdida de arena fina en la playa.

Para el responsable de la cofradía, el canal de navegación es una de las causas de este problema, junto con los distintos rellenos que se han realizado a lo largo de los años en el interior de la ensenada -sobre todo en la zona de Rande-, por su incidencia en las corrientes. "Los ríos son el principal aporte de la arena de las playas y aquí, con esta barrera, se hicieron muy mal las cosas. Eran otros tiempos y posiblemente en aquella época era necesario, pero ahora ya no sirve para nada. Y las consecuencias las tenemos a la vista con la playa sin arena y los bancos marisqueros llenos de lodos", afirma.

La actuación para la retirada de la escollera supondría un coste de unos 75.000 euros, una inversión que pretenden financiar con cargo a las subvenciones de los Grupos de Acción Costeira (GAC) que se conceden para proyectos relacionados con el litoral, cofinanciado por el Fondo Europeo de Pesca. La cofradía ya presentó esta iniciativa el pasado año, aunque quedó fuera de las ayudas por solo dos puntos, por lo que confían en que este año se logren los fondos.