La prohibición de nadar no solo supone un riesgo para sus vidas, según explican los percebeiros, sino también una "discriminación" frente a otros pósitos, que demuestra que se trata de "un capricho" de la patrona mayor. "Por qué os de Cangas, de Corme ou de calquera outra cofradía galega si poden e nós non?", se preguntaban ayer tras recibir en las últimas semanas hasta nueve apercibimientos de sanción por parte de guardacostas de la Xunta y de los guardapescas de Baiona por hacerlo.

En sus escritos, los percebeiros impugnan estas denuncias y las atribuyen a una "persecución" debida al conflicto que mantienen con la patrona mayor, sobre la que, recuerdan, no existe ningún requerimiento pese a "manifestar abiertamente -a través de este diario- que "suele fondear importantes cantidades de excedentes de erizo, camarón, nécora y otras especies comerciales para ponerlas a la venta en subasta en días venideros, contraviniendo la normativa de control de la descarga y transporte de productos pesqueros frescos".