El de A Ramallosa no es el único cruceiro de la comarca a la espera de reparación. El de Mañufe, en Gondomar, cumplirá en breve un año roto. La colisión de un vehículo hizo que se desplomase el pasado noviembre y se quebrasen la cruz, el capitel y la columna octogonal. Las piezas están guardadas en el almacén de Vías y Obras del Concello a la espera de que la Xunta ponga en marcha la construcción de una senda mixta para peatones y cicloturistas, que obligaría a desplazarlo y que fue anunciada en plena campaña electoral y sin fecha de licitación. El alcalde, Francisco Ferreira, propuso a la Consellería de Infraestruturas e Vivenda aprovechar esa obra para construir una rotonda en la zona y colocar el cruceiro encima, pero todavía no ha recibido respuesta.