El cruceiro de San Telmo, ubicado en medio del puente de A Ramallosa, es una estaca desde la madrugada del jueves. Hace nueve meses que uno de sus brazos acabó en el fondo del río Miñor y ahora se le han caído otros dos al agua. La situación obliga a los gobiernos locales de Nigrán y Baiona a entenderse, dado que el emblemático monumento del siglo XIII marca la frontera entre ambos municipios en el Camiño Real desde la Edad Media.

El Concello nigranés guarda en la Alcaldía el extremo norte, que se ubicaba en su territorio, y estaba a punto de pegar la pieza que el propio alcalde, Juan González, recogió el 18 de enero en el fondo del río Miñor, en las inmediaciones de su domicilio. Precisamente esta semana había recibido la autorización de la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta para hacerlo. La empresa contratada para devolver la piedra a su lugar, Bic Materiales y Conservación S.L., se disponía a iniciar los trabajos en los próximos días, después de haber elaborado un completo informe sobre el monumento y la pieza suelta y un proyecto detallado de intervención.

Pero el incidente de la madrugada del jueves pospondrá la obra por el momento, a la espera de que los dos ayuntamientos lleguen a un acuerdo, ya encaminado, para desarrollarla de forma conjunta.

¿Vandalismo?

Se desconocen los motivos de la rotura del cruceiro. El alcalde nigranés atribuía en enero el desmembramiento al vandalismo, hipótesis que su homólogo en Baiona, Ángel Rodal, desecha ahora. "No creo que esto haya ocurrido por un acto vandálico", señalaba ayer, mientras apuntaba al deterioro de los materiales como posible causa. "Por suerte", indicaba, "hemos podido recuperar las piezas". Operarios de la brigada de Vías y Obras se metieron en el Miñor la tarde del jueves para trasladarlas a dependencias municipales, donde permanecerán custodiadas hasta que Patrimonio tome una decisión.

Los dos alcaldes conversaron ayer mismo sobre el asunto. El nigranés puso el proyecto de actuación ya elaborado en su municipio a disposición del Concello de Baiona. Ambos consideran que los pasos dados por Nigrán podrían suponer un punto de partida para la reparación completa. Así se lo propondrá Rodal al departamento de la Xunta el lunes. "Espero que el trabajo realizado por nuestros vecinos sirva para agilizar la recomposición del cruceiro. Nigrán ha esperado nueve meses por el permiso. Sería ilógico aguardar ahora otros nueve para poder restituir su estado original", argumentaba.