"Place des ciclistes". Un discreto azulejo situado sobre la puerta identifica, en francés, el lugar en el que Luis Molist ha ido cultivando durante más de medio siglo su afición a la bicicleta. Su santuario, donde atesora cientos de objetos relacionados con el ciclismo, se encuentra en Praia América, lugar de vacaciones de este coruñés afincado en Vigo y de su familia, que trabaja ahora de dar a conocer la colección con el respaldo del Concello nigranés.

Razones de salud mantienen a Molist, de 93 años, alejado del que ha sido su refugio durante más de media vida, aunque todo permanece como él lo fue disponiendo a medida que iba incorporando piezas a su pequeño museo, que tiene como piezas centrales una decena de bicicletas antiguas -una de ellas cedida para la grabación de la serie de televisión "Los gozos y las sombras"-, tres triciclos y una reproducción artesanal de un celerífero -bicicleta primitiva del siglo XVIII- que él mismo fabricó con ayuda de su hermano.

Pero quizás lo más llamativo y lo que hace único en Galicia a esta colección particular es su colección de faros de bicicleta, con los que es posible reconstruir más de dos siglos de historia del ciclismo -desde finales del siglo XVIII hasta nuestros días-. "Con dos de carburo comenzó su colección", explica Pilar, hija de Luis Molist, que recuerda que su padre los adquirió en un rastro de Londres.

Pedales, llantas, cuadros de bicicleta, sillines, timbres, puños de manillar, portaherramientas, cuentakilómetros, bidones de agua... permanecen dispuestos en perfecto orden en estantes o colgados en las paredes, una de ellas ocupada por el pequeño taller donde Molist solía montar sus propias bicicletas -la última de 1992- y "arreglar los pinchazos a los niños que en verano acudían a él en busca de ayuda", explica Pilar, hija del coleccionista, que añade al inventario de objetos varias películas de ciclismo grabadas por su padre con una cámara de Super-8.

Su dedicación recibirá en los próximos días un homenaje por parte del Concello, que prepara una exposición en el auditorio municipal en la que incluirá algunas de sus "joyas" junto a otras bicicletas aportadas por el también coleccionista Antonio Pino.

La exposición, que se inaugurará el día 22 de agosto, culmina uno de los deseos de Molist que "siempre tuvo la ilusión de que se viera su colección", apunta su hija Pilar. Además, el día antes, coincidiendo con el paso de la Vuelta a España por Nigrán, el Concello trasladará hasta A Ramallosa varias de sus bicicletas.

Pero no es el único proyecto municipal relacionado con esta colección. Según reconoció el alcalde, Juan González, el Concello está interesado en la iniciativa de la familia de asumir en el futuro la custodia del material, con el que "la intención es crear un pequeño museo ciclista municipal".