Un ponteareano amante del monte y los animales, Miguel Rodríguez, natural de la parroquia de Areas, preside la Cooperativa Caprina Gallega, un proyecto en el que se embarcó con su hermano y las novias de ambos como socias en las navidades de 2013.

Inicialmente, estos emprendedores quisieron levantar su negocio en Ponteareas. Sin embargo, los trámites burocráticos y las dificultades que les fueron surgiendo por el camino les llevaron a mudarse, al menos de momento, al municipio lucense de Chantada.

Querían desarrollar una explotación ganadera y apostaron por las cabras por su menor coste. Comenzaron con 60 ejemplares en un terreno de 500 metros cuadrados en Ponteareas. Actualmente, en Chantada cuentan con 300 cabras y una nave el doble de grande para la producción de leche y carne caprina; y la comercialización de quesos y yogures.

No estaba en sus planes irse a vivir a Lugo pero allí pasan ahora la mayor parte de la semana por el bien de sus cabras. "En Ponteareas teníamos terreno disponible pero era monte y no era el adecuado para las ubres de las cabras" explica Miguel Rodríguez.

Los dueños de una explotación de Mariz dejaron repentinamente el negocio y ellos tomaron el relevo. Allí compran la hierba a los vecinos y se ahorran el coste de los traslados.

Son conscientes de que llevan poco tiempo en el mercado y hasta ahora la rentabilidad es baja. "De momento la leche nos da para pagar el pienso y la carne, para la hierba" explica Miguel, cuyos cálculos estiman llegar a las 500 cabras en breve.

La ambición de esta coopearativa es tener su propia quesería en Ponteareas pero la inversión requiere en torno a 100.000 euros. Por eso, prefieren ir asentando el negocio mientras continúan esperando a que el Concello de Ponteareas apruebe la licencia de quesería para el proyecto que presentaron hace más de un año y medio.

Estos emprendedores ponteareanos aseguran que sus productos están teniendo éxito "por su alta calidad, por ser naturales y sin aditivos". Sin embargo, la elevada carga de trabajo que asumen, les impide dedicarse a la comercialización de sus productos como les gustaría. "No tenemos tiempo ni medios, así que lo que solemos hacer es asistir a distintas ferias para darnos a conocer e ir haciendo contactos para vender nuestros productos" explican.