El incendio de una casa unifamiliar en Fornelos de Montes volvió a poner en evidencia ayer el protocolo de emergencias del 112, diez días después del fuego que arrasó la nave de la empresa frigorífica Fandicosta de Moaña.

Tan solo cinco efectivos del parque de bomberos de Porriño, con un camión cargado con 3.500 litros de agua, tuvieron que hacer frente a un voraz incendio durante la madrugada en una vivienda ubicada en el núcleo de población de Cabada, en Ventín. Ante la intensidad de las llamas solicitaron apoyo al 112 para que enviaran un vehículo nodriza desde el Servicio de Emergencias de Redondela (SEIS) o desde los bomberos de Vigo, las localidades más cercanas al lugar, pero sin embargo se avisó al GES de Avión (Ourense), situado a más de una hora de distancia, que trasladó hasta el lugar 1.000 litros de agua. Según señaló el alcalde, Emiliano Lage, el camión llegó cuando ya estaba sofocado el fuego.

Desde el parque de bomberos de Porriño explicaron que, ante la falta de suministro, tuvieron que solicitar ayuda a los vecinos de la zona para que aportasen agua con sus mangueras al tanque y evitar detener las labores de extinción. Los efectivos porriñeses desplazaron a la zona el vehículo de solo 3.500 litros por cuestión de rapidez y por los accesos a la zona, ya que la casa se encontraba en el centro de una aldea con un vial muy estrecho. Una vez en el lugar, esperaban que les apoyasen desde el SEIS de Redondela, como en otras ocasiones, aunque el problema que se encontraron es que este servicio no funciona durante las noches desde hace cinco años ya que solo está integrado por tres personas, por lo que solo atienden durante el día.

El incendio de la casa se declaró poco antes de las tres de la madrugada, tras alertar los vecinos al 112 de las llamas. La vivienda se encontraba desocupada, por lo que no hubo que lamentar daños personales, aunque las pérdidas materiales fueron cuantiosas ya que las dos plantas quedaron completamente arrasadas, puesto que la estructura interior era de madera. Los bomberos de Porriño trabajaron durante toda la noche en la extinción del fuego y se retiraron a su base a primeras horas de la mañana.