La caída hace un mes de un talud de veinte metros de altura en uno de los laterales de la AP-9 en Chapela ha dejado casi incomunicados a decenas de vecinos del barrio de Cidadelle, en la zona alta de la parroquia. Las obras de reparación de la ladera obligaron a cerrar tanto al tráfico rodado como a los peatones la Subida Mouriño, uno de los principales viales que comunican esta zona residencial con la Avenida de Redondela. Desde entonces, los vecinos deben dar un rodeo de unos dos kilómetros a través de un laberinto de estrechos viales para llegar a sus casas, una situación que se complica aún más por la difícil orografía de zona, con un gran desnivel que hace inviable el acceso a pie.

"Los trabajos nos están causando un grave trastorno porque esta es una zona en la que reside mucha gente mayor, así que ahora dependen del coche para todo. Aunque el derrumbe del talud fue un imprevisto, creo que las cosas se podían hacer mejor. Se debía dejar una zona de paso solo para los peatones y también señalizar los desvíos, porque la gente que no es de aquí y no conoce la zona lo tiene muy complicado para llegar", afirma Honorio Fariña, uno de los residentes de la zona.

Los vecinos acudieron al Concello para que gestionase la instalación de una pasarela provisional de madera para los peatones en la zona en la que se desplomó la ladera, aunque el resultado fue negativo. "Esa era una solución sencilla pero fue rechazada, así que solo nos queda resignarnos y tener paciencia", lamenta Fariña.

Los trabajos todavía durarán un mes, si todo va bien, aunque los vecinos no son muy optimistas. "Es una zona muy complicada por la elevada altura del talud y en las obras de esta envergadura siempre surgen contratiempos, pero esperemos que en mayo ya se normalice la situación", apunta.

Otro de los temores de los vecinos es que la situación pueda repetirse en otros puntos del talud, ya que el refuerzo solo se está realizando en el punto en el que se produjo el derrumbe. "Cada día miro la carretera a ver si aparecen grietas porque tenemos miedo. Estamos en primera línea y vemos como algunos testigos que colocaron están movidos y los quitamiedos inclinados, afirma otra de las vecinas, Beatriz Mencía.

La Asociación de Afectados por la Ampliación de la Autopista ya reclamó que se realice la misma actuación de refuerzo en el resto del talud, así como en otros en la zona de Río Frío en los que también hubo desprendimientos.