El alcalde de Salvaterra de Miño, Arturo Grandal (PP), zanjó de un plumazo las críticas de algunos placeros y del grupo socialista en la oposición, anunciando el inicio de la mejora de la Plaza de Abastos para este mismo año.

Las críticas habían llegado después del impulso de los mercados municipales de otras localidades y especial de la villa vecina de Salceda de Caselas, donde la edil del gobierno local, Dolores Castiñeira, -ahora teniente alcalde de Movemento Salceda- , que tras reunirse con los placeros, impulsó mejoras en la conocida como Plaza de Abastos de Esfarrapada, que no han pasado desapercibidas, y que alcanzaron un gran impacto en toda la comarca, especialmente porque la rehabilitación se realizó sobre un Mercado que se había inaugurado en los años noventa.

El regidor de Salvaterra quiso comprobar por si mismo las mejoras realizadas y la razón de los mensajes positivos que llegaban a su concello desde Salceda, y pidió visitar las obras en compañía del arquitecto que proyectó las mejoras a las ordenes del gobierno del alcalde nacionalista Marcos Besada.

Tras la visita decidió contratar al arquitecto, Carlos Álvarez Ávila, y planteó para Salvaterra las soluciones sencillas pero muy eficaces adoptadas por Castiñeira en la villa del Caselas.

Grandal asegura que las obras se harán "ya formaban parte de nuestro programa electoral" y acusó a los socialistas de "oportunistas" por subirse al carro cuando ya estaba todo en marcha.

"Nosotros ya hemos hablado con los responsables de los puestos de la plaza, con los taxistas que tienen la parada en las inmediaciones y ya ha sido encargado un proyecto al arquitecto que ejecutó la reforma de la plaza de abastos de Salceda, con la previsión de que la reforma pueda empezar en torno al verano", afirmó el alcalde de Salvaterra.

La rehabilitación de la plaza de Salceda fue especialmente aplaudida por las mejoras realizadas en los puestos, manteniendo los mismos, su luminosidad interior, la eliminación de corrientes existentes y el incremento de aparcamiento en la parte posterior. El Concello también creó una cafetería dentro, todavía pendiente de ponerse en marcha, y mejoró la estética de un edificio perfectamente enclavado en el entorno urbano.