"La idea es que el niño no rechace ningún alimento, sino que los pruebe en distintas elaboraciones para dar con la que más le guste", explica Adrián Martins, el dietista que impartirá las clases.

Su intención es fomentar la investigación de sabores entre los pequeños y que pongan en práctica lo aprendido en casa con sus familias. Para ello, estructurará las sesiones en una parte teórica sobre las propiedades de los alimentos y otra práctica en la que se cocinará un menú completo con productos de temporada. "Hay muchas alternativas al arroz blanco con salchichas que gusta a todos ", explica.