| El duelo por el fin del Entroido se concentró ayer en el auditorio Lois Tobío de Gondomar, convertido en capilla ardiente de la Sardina, que cada año renace, como ave fénix, de sus propias cenizas. Numerosos vecinos acudieron de riguroso luto al velatorio, al que siguió la lectura del testamento de la finada. No fue el único acto del Entroido en la comarca, ya que el salón de actos del Concello de Nigrán acogió un concurso de disfraces para usuarios de los centros de día. Las comparsas "Hai un galego na lúa", de Vila do Conde, y "A voda xitana", del centro mancomunado, lograron el primer y segundo premio, respectivamente.