Querida Pili.

Hoy el día ha amanecido frío y con escarcha, la misma que se ha instalado, desde hace días, en los cantos y en las almas. Hoy es viernes, un viernes de silencios y ventanas cerradas, de murmullos y sollozos que recorren los pasillos, de pasos infantiles que se pierden y te buscan. Susurran tu nombre, con cuidado, intentando que permanezca el mayor tiempo posible en el aire que respiran. Lo hacen para llevarte con ellos.

Esta mañana, el colegio Santiago Apóstol de Ponteareas -el colegio de tu vida y de tus amores- tenía una luz distinta. Por la fachada principal, la sombra lo apagaba y lo convertía en un muro triste y gris; por detrás, en cambio, le daba el sol y lo iluminaba desafiante; hubiera jurado, querida Pili, que aquella luz lo había teñido todo de rosa, de un rosa claro y luminoso, el mismo con el que tú pintaste, hace solo unos meses, el pueblo entero, con el que vestiste sus calles y a sus gentes. Y es que contigo viajaban los lazos y los abrazos, el aire fresco y los aromas; contigo caminaban las risas y las flores. Contigo, querida Pili, marchaba yo y viajan otras, también de rosa, cubiertas con pañuelos de colores y sonrisas blancas.

Hoy es viernes, el primero sin ti. No te vayas lejos.

* Amiga de Pilar Domingo, escritora y abogada.