El emblemático reloj de Baiona volverá a funcionar y a lucir como hace décadas en dos meses. El Concello pondrá en marcha el lunes la rehabilitación de su torre decimonónica con el fin de recuperar una de sus señas de identidad y completar una nueva ruta turística desde las alturas, que permitirá a vecinos y visitantes sin problemas de vértigo contemplar el paisaje urbano desde la perspectiva de los tejados.

El alcalde, Ángel Rodal, y la concejala de Urbanismo, Ana Simons, presentaron ayer el proyecto, que ha diseñado el estudio Arquétipos! y que ejecutará por la constructora Oreco. El Ayuntamiento destina 50.000 euros de sus propios fondos a esta iniciativa que, según el regidor, "mejorará la estética del edificio y homogeneizará la imagen del inmueble" tras la reciente recuperación de la anexa Casa del Reloj como vivero de empresas por parte del Consorcio de la Zona Franca de Vigo.

Se trata de un conjunto arquitectónico construido en 1852 como casa consistorial de Baiona, dependencias que albergó hasta los años 50 del pasado siglo. Fue entonces cuando el Concello vendió a la Tesorería General de la Seguridad Social la parte que hoy ocupan las oficinas de emprendedores, pero se quedó con la simbólica torre, cuyas campanadas se escucharon en buena parte de la comarca hasta hace varias décadas.

Los trabajos previstos devolverán su característico sonido a Baiona, ya que incluirán la reparación de la maquinaria del reloj, que data de 1861, según reza en sus inscripciones, que atribuyen su autoría al bilbaíno Cándido de Isasmendi, como apunta el investigador de la historia local Anxo Rodríguez Lemos.

La intervención abarcará las tres plantas de la torre, de 5 metros cuadrados cada una, superficie que ocupa prácticamente la escalera, cuya piedra y madera se encuentran en estado de deterioro, según explicó Ramón Viéitez, el arquitecto que firma el proyecto. El profesional ha programado una actuación integral que incluye la restauración de la fachada, las ventanas, los peldaños, el propio reloj al completo, con la campana y el péndulo, que cuelga en el hueco de la escalera, así como la forja de la parte superior.

En cuanto terminen los trabajos, que no interferirán en el desarrollo de la Festa da Arribada, según recalcó Rodal, el Ayuntamiento pondrá en marcha las visitas guiadas, que mostrarán el interior del inmueble hasta la azotea para observar una postal diferente del casco histórico y ofrecerán datos sobre su evolución histórica.