Las protestas por el peligro de atropello que sufren los alumnos del colegio Serra de Vincios en las inmediaciones del centro por falta de aceras y aparcamientos regresaron ayer al entorno. Tras restringir la dirección el acceso a los vehículos de padres al recinto para evitar accidentes en los terrenos del centro, los progenitores consideran que el peligro continúa dentro porque siguen circulando autobuses y profesores y fuera, porque allí se quedan los coches de las familias que no tienen derecho al bus. Ayer se encontraron con unos precintos que delimitan un paso peatonal para que los niños caminen del portal al colegio separados de los vehículos. Una solución provisional que causó indignación entre las familias, que la consideran "una tomadura de pelo". "Una simple cinta no frenaría a ningún coche", se quejaban.