La pesca con estacada y fisga en el Tea es un viaje al pasado, un retorno al origen de los tiempos cuando el hombre aún casi no era hombre. Se sabe que la lamprea es uno de los peces más antiguos de todos los que habitan el planeta -fue coetánea de los dinosaurios, hace millones de años- y surcó el mar y subió los ríos, en un ciclo permanente como todavía hace hoy, hasta que un día comenzó a ser capturada. El hombre lo hizo usando sus manos, pero ante lo escurridizo del pez, en un momento comenzó a usar algo para pincharlo y sacarlo del agua, que inicialmente pudo ser un palo de punta afilada. Pero desde hace unos cientos de años es metálico y se llama fisga.

Es la historia de la pesca de lamprea en Tea, el único río de España donde se usa este sistema, que cada año en temporada autorizada lleva a decenas de pescadores a esperar a las lampreas por la noche entre Salvaterra y Ponteareas.

Un total de 232 pescadores realizaron la solicitud en grupos de cuatro y 128 ya han "pescado" el puesto para poder ir al río, y lograr, en medio de la noche, capturar a alguno de los ciclóstomos que suban el Tea y que se cree serán abundantes debido a las últimas lluvias.

El sorteo se celebró el viernes y se presentaron 58 solicitudes de estacada. Las estacadas son pasos de madera o metálicos provisionales que se colocan sobre el río y en los que se suben los pescadores en grupos, esperando que pasen las lampreas. Ellas, ascienden pegadas al fondo y los pescadores se valen de luces para iluminar la zona, hace décadas solo eran faros de carburo o velas, ahora en algún punto incluso se utilizan instalaciones de luz eléctrica y generadores.

De las 48 estacadas disponibles entre Salvaterra y Ponteareas, este año solo se usaran 32 ya que tras el sorteo algunos pescadores renunciaron. "Nosotros hemos renunciado porque las estacadas que ya quedaban para elegir estaban muy arriba y ya no llegan apenas lampreas, las mejores estacadas están cerca de las desembocadura", explica Víctor, uno de los pescadores que probó suerte junto a un grupo de tres compañeros. Al sorteo deben acudir los solicitantes ya que lo que se sortea es el derecho a elegir puesto y los primeros números son los que eligen siempre los mejores puntos río abajo. Al cabo de 20 minutos del sorteo algunos pescadores se van marchando ya que perdieron el interés.

El jefe de servicio provincial de Conservación da Natureza de Pontevedra Pablo Caballero Javierre, que asistió al sorteo indicó que, "los pescadores conocen bien los puestos más interesantes y no siempre eligen los más cercanos a la desembocadura, ya que existen algunos río arriba que suelen ser productivos".

En el caso de este año todos los pescadores son aficionados y las lampreas que capturen son para consumo propio. Estas lampreas no pueden ser comercializadas salvo que pasen por lonja. Solo uno de los pescadores se interesó por esa posibilidad.

Dentro de un mes también se podrá pescar lamprea en las pesqueiras del Miño, pero con otros métodos. Eso ya es otra historia.