"Mañana mismo, por culpa de un temporal puede caer un árbol encima de un niño o encima de un coche". Así de rotundo se expresó ayer el arquitecto municipal de Gondomar, José Antonio Álvarez Álvarez, durante el juicio iniciado ayer en el Juzgado de lo Contencioso Número 2 de Vigo a raíz de una demanda del conde, Gonzalo Fernández de Córdoba y Narváez, contra el Concello para suspender la orden municipal de tala forzosa y proteger el bien de interés cultural. El funcionario respondía así a la abogada del aristócrata, que le preguntaba si tenía pruebas del riesgo de desplome del que había alertado en sus informes. "Hay pruebas porque han caído otros árboles", dijo, además de manifestar que no hay más alternativa que cortar los troncos para garantizar la seguridad en el entorno.

Álvarez recordó además, en contestación a los letrados del Ayuntamiento y de la Consellería de Cultura -codemandada en el proceso-, que las siete acacias ubicadas junto al muro perimetral del pazo son especies invasoras a erradicar y el fresno existente que también presenta peligro es una variedad común sin protección.

La inspectora de obras municipal, María Jesús Fernández, prestó también declaración en similares términos y subrayó que las copas de los árboles "tocan el tendido eléctrico" y "sobrevuelan un vial con tránsito de coches y personas y viviendas ocupadas".

Ambos testigos fueron citados por la defensa del Concello, que había convocado un tercero, un policía municipal. Su incomparecencia obligó a aplazar la vista.